Construcción de puertos 2.0: La apuesta de San Antonio
Tras nueve años de trabajos y una inversión de US$ 5.400 millones, se inauguraron las obras de ampliación del Canal de Panamá, ceremonia a la que fue invitada la Presidenta Michelle Bachelet, junto a representantes de puertos chilenos, iniciativa que impone un desafío a los recintos portuarios chilenos: aumentar su capacidad.
El interés de Chile en la ampliación del Canal no es extraño. Tras Estados Unidos y China, la carga chilena es la tercera mayor usuaria de la vía marítima, principalmente la que se dirige con destino a Europa, o a otro punto del Atlántico.
Pero eso no es todo. La ampliación del Canal permitirá atender naves post panamax con una capacidad de 13.000-14.000 TEU’s (unidad de medida de contenedores), triplicando la capacidad actual que permiten las actuales vías, de hasta 5.000 TEU’s. El desafío entonces para el tercer usuario de este paso marítimo es tener la infraestructura portuaria necesaria para recibir a este tipo de naves, previo a su paso por Panamá.
José Luis Mardones, presidente del directorio de la Empresa Portuaria de San Antonio (EPSA), aseguró que el recinto portuario ya comenzó a invertir en este desafío. Es así como comentó que EPSA desembolsará US$ 22 millones en el dragado de la poza, estableciendo una profundidad uniforme de 16 metros, permitiendo el ingreso de naves mayores.
También destacó los trabajos de los concesionarios Puerto Central (ligado al grupo Matte), que invertirá US$ 480 millones en dos fases de ampliación de su frente de atraque; y de STI (ligado al grupo Luksic), por US$ 100 millones, para ampliar su frente de 700 a 900 metros. Lo anterior, sin considerar la inversión de ambos concesionarios en grúas. “Los puertos tienen que adecuarse a lo que viene después de la ampliación del Canal, a buques más grandes. Necesitamos puertos 2.0”, dijo Mardones.
Inversiones que destaca Yurik Díaz, gerente de División de Terminales Portuarios de SAAM. “Los proyectos de San Antonio Terminal Internacional y de otros operadores en San Antonio dejarán a la región, cuando estén concluidos, con una oferta de 3,7 millones de TEU’s” (hoy es cerca de 2,3 millones). Además, proyectó que de acuerdo al crecimiento del mercado en los últimos años, no se requerirá de nueva infraestructura hasta 2035.
Pero esto no sería suficiente. A juicio del presidente de EPSA, en el futuro el país necesitará puertos con otra “disposición física”, lo que involucra mayores espacios para el almacenamiento de contenedores, y ahí es donde entra el Puerto a Gran Escala (PGE), que debería entrar en operaciones a 2026.
El bajo crecimiento que ha experimentado el país lleva a cuestionar si son necesarias estas obras cuando la demanda es baja. Sin embargo Mardones tiene una postura clara. “Nosotros no podemos caer en el cortoplacismo y decir que este año vamos a crecer al 2% o menos del 2%. Nosotros estamos pensando a 30 años plazo. Este puerto comenzaría a operar en 10 años, pero por fases”, sostuvo.
Mardones señaló que si bien el PGE comenzará a operar en 2026, podría existir una congestión en San Antonio cerca del año 2023. Junto con reafirmar sus dichos, el presidente de EPSA señaló que en la actualidad existe congestión en el puerto, pero que será alivianada con los ingresos de las expansiones de Puerto Central y STI. Sin embargo, la preocupación viene de un vecino cercano. “Nosotros estamos preocupados porque el otro terminal que debería entrar, que es el Terminal 2 de Valparaíso, está demorado. Si ese terminal se demora ahí sí vamos a tener congestión de todas maneras”, afirmó.
La necesidad de concretar la decisión sobre el PGE es compartida por Yurik Díaz, de SAAM. A su juicio, la construcción de esta obra demorará alrededor de 4 a 5 años, a lo que hay que sumar los tiempos de aprobación de permisos, además de la licitación correspondiente. “Claramente hay tiempo todavía, pero hay que comenzar a hacer la tarea”, dijo.