Más de 320 emergencias ambientales no se decretaron en Santiago, entre 2000 y 2013
Estudio del Centro Mario Molina evidencia que la capital vivió el triple de episodios críticos en 13 años: En ese plazo solo se constataron oficialmente cinco emergencias. También hubo seis veces más preemergencias y 43 alertas adicionales. Subsecretario de Medio Ambiente dice que administración anterior “debió tomar medidas de gestión”.
Cuando el año pasado se decretó la primera emergencia ambiental desde 1998, los santiaguinos pensaron que el aire de la capital había empeorado al nivel de los años 90, pero pocos sabían que los habitantes de la capital llevaban viviendo más de 13 años bajo niveles de contaminación extremos, para los cuales las autoridades de los tres últimos gobiernos no habían tomado ninguna medida.
Un estudio realizado por el centro del premio Nobel Mario Molina detectó que entre 2000 y 2013 debieron decretarse 1.524 episodios críticos, en lugar de los 553 que se conocieron. Entre ellos hubo 327 emergencias ambientales, en vez de las cinco que se constataron: dos en 2001, dos en 2002 y una en 2008.
Para esos cinco episodios oficiales, sin embargo, tampoco hubo medidas que se implementaran, porque en ese tiempo el material particulado fino (MP 2,5) solo se medía, sin decretar disposiciones para proteger a la población (ver cronología).
Esta diferencia entre los episodios oficialmente detectados y los que hoy se descubren se debe a un cambio en el instrumental de medición. Hasta 2013 en Santiago se utilizaba una tecnología denominada TEOM, que consiste en sistemas métricos de pesas. “Al perderse parte de la muestra en esos procedimientos estaban subrepresentados los niveles de contaminación”, explica el subsecretario de Medio Ambiente, Marcelo Mena.
Ese año, el gobierno anterior implementó el sistema BAM (adecuación Beta), que mide la contaminación con métodos ópticos. Así, según Mena, “no hay pérdida de masa y se logra una mejor detección”.
Con la medición corregida del modelo BAM se sabe ahora que, entre 2000 y 2013, también debió haber 755 preemergencias, en lugar de las 148 constatadas oficialmente, y 443 alertas, 43 más que las 400 oficiales.
De acuerdo con Mena, esta modificación es similar al cambio de la línea de la pobreza que realiza el Gobierno. “Es una adecuación, pero habiendo estado disponible el estándar del material particulado fino ya en 2012 y conociendo que los episodios críticos eran mayores, se debió actuar en 2012 y 2013, cuando se tuvo la oportunidad. Se podría haber tomado antes la decisión de decretar las alertas sanitarias ambientales”, argumenta.
Con todo, el sistema de alertas tampoco se adoptó en 2014, cuando la gestión de episodios críticos (período de medidas para combatir el esmog, que rige entre el 1 de abril y el 31 de agosto) ya la había asumido el actual Gobierno. Frente a eso, Mena dice que “no lo adoptamos porque no teníamos la información de que los episodios de MP 2,5 eran muchos más y vimos que los niveles eran mucho más altos. Así es que decidimos hacerlo en 2015. Si hubiéramos tenido conciencia de que habían cambiado la instrumentación y había más episodios críticos registrados, habríamos decretado las alertas sanitarias en 2014, como lo hicimos con el resto del país”.
Para el especialista en contaminación atmosférica de la UC, Héctor Jorquera, “se debió haber elaborado antes la norma de MP 2,5. Se empezó a medir en 1997 y en 2000 ya era claro que había problemas con el MP 2,5 en Santiago. La gravedad es mayor si se piensa que las últimas normas de MP 2,5 de Estados Unidos son del año 97 y ya tienen un nivel más estricto que la que actualmente tiene Chile. Con todo eso, el tren de acciones hasta llegar a un plan de descontaminación, como el que viene recién el próximo año, debió haber comenzado antes”, concluye.
Alerta ambiental
En la Región Metropolitana hoy tendrán restricción los vehículos sin sello verde cuyas patentes terminen en 3-4-5-6. Cronología del MP 2,5La norma del MP 2,5 se publicó en 2011, entró en vigencia al año siguiente y luego, en 2014, Santiago fue declarado zona saturada por el contaminante. En 2013, el entonces ministro de Salud Jaime Mañalich lanzó un plan de alertas sanitarias para Temuco, el que fue replicado al año siguiente por el actual gobierno en otras ciudades.
Recién el año pasado fue adoptado en Santiago, lo que permitió implementar acciones como la restricción vehicular para vehículos con convertidor catalítico y la prohibición del uso de la leña para calefacción en toda la cuenca de Santiago.