Proyectan para inicios de 2018 finalización del Palacio Pereira
Las cuadrillas y la maquinaria pesada ya están instaladas en el histórico edificio. Se invirtieron más de $13 mil millones.
Fernando Jiménez es escultor y por estos días trabaja en el decapado de una de las enormes y centenarias puertas del Palacio Pereira. “Son pruebas que nos dicen qué madera es, qué madera le es compatible o qué removedor es más rápido para la restauración. Esta es la puerta 1 de 100 que existen y que vamos a recuperar”, dice.
Pero en paralelo a esa tarea milimétrica, otra de mayores dimensiones se está iniciando en el edificio emplazado en la esquina de Huérfanos y San Martín, que perteneció al político, abogado y empresario Luis Pereira Cotapos y que tras una serie de usos pasó más de 30 años en completo abandono.
En un terreno contiguo a la propiedad ya están instalados los equipos especializados de faena y la maquinaria pesada que se utilizarán en las obras de transformación del edificio para su nueva función.
Adquirido en 2012 por el Estado, en una operación que tuvo un costo de $1.179 millones, el Palacio Pereira será la nueva sede de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (Dibam) y del Consejo de Monumentos Nacionales (CNM), y alternará funciones administrativas de más de 230 funcionarios con un uso público, a través de una biblioteca y salas de exposiciones.
El inicio de las obras, que tienen un costo de $13.748 millones, fue supervisada ayer por los ministros de Cultura y de Obras Públicas, Ernesto Ottone y Alberto Undurraga, respectivamente, además del intendente metropolitano Claudio Orrego y el director de la Dibam Ángel Cabeza. Los personeros recorrieron las dos plantas de esta mansión neoclásica de 1874 encargada por Pereira al arquitecto francés Lucien Hénault. Según indicaron, se proyecta la finalización de las obras para febrero de 2018.
“Las obras públicas no solo tienen que ver con vialidad y con los puertos. También tienen relación con el patrimonio. Esta obra permitirá devolverle a Santiago un edificio histórico”, señaló el ministro Undurraga, quien puso énfasis en el trabajo simultáneo que significará la consolidación y reparación estructural de los 1.792 m {+2} del palacio, donde operarán las oficinas del CMN, y la construcción del edificio moderno de 4.675 m {+2} , con cinco pisos y dos subterráneos, que será sede de la Dibam. En total son casi 6.500 m {+2} .
El diseño arquitectónico elaborado por Cecilia Puga, Alberto Moletto y Paula Velasco tomó dos años. Propone un diálogo entre el vestigio del pasado y la intervención contemporánea. Por eso las restauraciones que se realicen allí no intentarán parecer históricas sino que quedarán consignadas como actuales. Se respeta el paso del tiempo y las car. acterísticas del edificio decimonónico.
“Lo que se solía hacer antes era demoler y luego construir. El esfuerzo del Estado es restaurar lo que quedó y tratar de recuperar un símbolo de lo que fue la arquitectura del siglo pasado con usos nuevos, la historia salitrera y la de la burguesía. Es un edificio que tiene un significado muy grande para Chile”, cierra el ministro Ottone.