21 edificios, proyectos de casas y red vial coparán 49% de ladera sur del cerro Alvarado
El permiso de construcción incluye 21 torres de baja altura, 29 bloques de “town houses” y 78 viviendas:
Alcalde de Vitacura, Raúl Torrealba, dice que se vio obligado a entregar norma y permisos porque el sector caducó como parque intercomunal en 2010. El 51,35% seguirá siendo área verde, según el municipio.
Antes de 2010, el plan regulador metropolitano de Santiago (PRMS) señalaba que los 23 cerros isla de la ciudad, entre los que se cuenta el Alvarado de Vitacura, quedaban reservados para ser parques urbanos, similares al San Cristóbal y el Santa Lucía. Pero los años transcurrieron y a inicios de este siglo esta promesa no se había cumplido.
Con la intención de acelerar la materialización de dichos parques, en 2004 el entonces ministro de Vivienda, Jaime Ravinet, logró la aprobación de la ley que obligaba a concretar esos proyectos, así como las redes de vialidad proyectadas, en un plazo perentorio de entre ocho y diez años. Sin embargo, pese a esta exigencia, los cerros tampoco se convirtieron en áreas verdes y en 2010 caducaron como espacios reservados para parques intercomunales.
Entonces, el 2011 la Secretaría Regional Ministerial (Seremi) de Vivienda obligó a los municipios a dar la norma adyacente de estas áreas para luego entregar los permisos de construcción que correspondiera.
En el caso del cerro Alvarado, pasó de ser un parque a un suelo con uso habitacional y mixto, como sus terrenos vecinos. Ya en 2014 había más de 15 anteproyectos y hoy el cerro luce lleno de obras en construcción. Se trata del inicio de un plan que edificará 21 edificios de un promedio de tres pisos, además de 29 bloques de viviendas de tres pisos (“town houses”) y 78 casas.
Aunque en “El Mercurio” el alcalde de Vitacura, Raúl Torrealba, había dicho hace dos años que haría todo lo posible “para que el cerro Alvarado siga siendo un pulmón verde de Vitacura”, la intención fue aplastada por la realidad: hoy las grúas sobresalen sobre el verdor de la ladera sur del cerro que comparte con Lo Barnechea.
“Nosotros dimos una lucha obligados por las autoridades. Las cosas ocurren en el tiempo y tuvimos que actuar por disposición del seremi y la Contraloría para dar norma. Conseguimos una espectacular para los efectos y expectativas de la comuna, con la norma más restrictiva que existe en Chile, que es la de Lo Curro. Gracias a eso, el potencial de constructibilidad descendió a niveles prácticamente ínfimos y conseguimos una cantidad muy importante de áreas”, explica el jefe comunal.
Sin retorno
El seremi de Vivienda y Urbanismo de la Región Metropolitana, Aldo Ramaciotti, ratifica la explicación de Torrealba. “La ley obligaba a dar norma en un plazo de tres meses. Algunos municipios se resistieron a eso, porque era complicado, pero los propietarios de esos terrenos que en muchos casos eran privados solicitaron a los municipios que les asignaran norma porque vieron la oportunidad de invertir en estos terrenos. En algunos casos reclamaron a la Contraloría y a la seremi. Y, lamentablemente, hubo que hacerles ver que tenían que dar norma”.
En total, el proyecto que señala el permiso de edificación, al que tuvo acceso “El Mercurio”, estipula que se edificarán 21 edificios, 29 bloques de viviendas de tres pisos y 78 casas, que totalizan 332 viviendas y 1.396 estacionamientos en una red vial que atravesará todo el sector edificable del cerro de más de 800 mil m {+2} . Poco más de la mitad de esa superficie (51,35%) será destinado a áreas verdes de uso público y privado.
¿Es posible revertir el futuro que anticipa el permiso de edificación? El alcalde Torrealba asegura que “la única forma sería intentar una modificación del plan regulador, con la demora, el costo y la significancia que eso tiene, que sea aprobado por la comunidad. En ese evento, es a futuro, porque todos los permisos que están aprobados no quedan dentro de ello”.