El exceso de hoteles, una herencia que los Juegos Olímpicos dejarán a Río
Cantidad de habitaciones aumentó más de 50% en los últimos seis años, según la firma JLL:
La industria siente el efecto de la recesión, la crisis política y el virus zika. Inversionistas temen que el impulso de los JJ.OO. no alcance para una recuperación sostenible.
A la espera de miles de visitantes que deben llegar a Río para asistir a los Juegos Olímpicos, que se inauguran el viernes, los dueños de hoteles están desempolvando algo que hacía rato no usaban: el letrero de “no hay más habitaciones”.
Sin embargo, es probable que después de que se acabe el evento deportivo tengan que volver a guardar el letrero. La industria hotelera de Brasil ha sido golpeada por los efectos de una prolongada recesión, una crisis política y el brote del virus del zika.
Se prevé que el mal momento continúe, al menos a corto plazo, y perjudique los retornos de los inversionistas que han apostado en grande por la economía de Brasil y que esperaban un efecto positivo después de los Juegos. El gran volumen de construcciones en desarrollo echa combustible a las preocupaciones.
El número de habitaciones de hotel en Río aumentó más de 50% en los últimos seis años, según un reporte reciente de la firma internacional de bienes raíces JLL. “A pesar de todas las expectativas positivas creadas en relación al legado de los Juegos Olímpicos, aún hay mucha incertidumbre sobre su beneficio para la industria hotelera”, señaló el informe. “El escenario económico negativo, añadido a la crisis en los sectores de petróleo y gas (…) serán grandes desafíos”.
Unos 100 hoteles están en construcción en Brasil, con casi 18 mil habitaciones, de acuerdo con la firma de datos STR.
Entre los nuevos establecimientos en Río figura el primero con la marca Trump en América del Sur y un complejo de hospedaje con 404 habitaciones adyacente al Parque Olímpico de Barra, que será la primera propiedad de doble marca de Marriott International Inc. en Brasil, con las banderas de Courtyard y Residence Inn.
Cae ocupación, pero podría mejorar
La tasa de ocupación de los hoteles en Brasil durante el segundo trimestre de 2016 fue de 51,6%, casi 7,8% menos que en el mismo lapso de 2015, según STR. La tarifa diaria promedio se redujo 3,6%, a 279,08 reales (unos US$ 86), indicó la firma de investigación.
Pese a todo, algunos analistas divisan vientos a favor para la industria. La devaluación del real ha abaratado el hospedaje para los huéspedes internacionales, mientras que desanima a los brasileños a salir del país.
De todos modos, los precios más baratos no son suficientes para eliminar los nubarrones sobre el sector de viajes debido al virus del zika y otros problemas en el país. “La industria hotelera ha estado sufriendo durante bastante tiempo”, dice Diego Bufquin, profesor adjunto del Colegio Rosen de Administración Hotelera en Orlando. “Nuestros (ingresos por habitación) han caído significativamente debido a la profunda recesión y la falta de confianza. Todos están recortando su presupuesto justo ahora y no envían de viaje a sus ejecutivos”.
Se espera que la economía brasileña se recupere en algún momento. Cuando lo haga, las tasas de ocupación y las tarifas por habitación probablemente subirán a medida que el mundo vuelva a descubrir el clima, la cultura y los otros atractivos del país. “Los constructores miran a mediano y largo plazo debido a que Brasil tiene fundamentos sólidos”, señala Bufquin. “Aún están invirtiendo bastante dinero, pero tendrán que tener un poco de paciencia”.
Eso no es mucho consuelo para los inversionistas que tratan de salir del actual bajón. A los analistas les preocupa en particular el mercado de Río de Janeiro porque depende de la atribulada industria de hidrocarburos del país, según Gilberto Martins, director de CBRE Hotels en Brasil.
El panorama de la industria hotelera en Brasil era muy diferente en 2009, cuando Río fue escogida como sede de los Juegos. De hecho, una de las preocupaciones planteadas por el Comité Olímpico Internacional antes de tomar una decisión fue la de si había suficiente capacidad hotelera.
Después del anuncio, los desarrolladores inmobiliarios dieron a conocer planes de construir miles de nuevas habitaciones. Al final de 2009, el país tenía 201.301 cuartos. Para junio de 2016, la cifra se había elevado a 235.288, según STR.
La construcción del Trump Hotel Río de Janeiro, con 170 habitaciones, fue anunciada en 2014, justo en el momento en que el país entraba en recesión. El propietario es LSH Barra S.A. de Río de Janeiro, que compró la licencia del nombre Trump a la Trump Organization, que también gestiona el hotel.
Algunas empresas hoteleras han dado marcha atrás en sus planes. Por ejemplo, en 2011 fueron anunciados dos proyectos de hoteles Four Seasons por una sociedad formada por Iron House Real Estate, filial del Grupo Cornelio Brennand, y una subsidiaria de la Abu Dhabi Investment Authority, el fondo soberano de ese emirato.
El grupo espera inaugurar el próximo año el primer Four Seasons en Brasil, una propiedad con 254 habitaciones en São Paulo, pero postergó el segundo proyecto, según Ruy Rego, presidente ejecutivo de Iron House.
Los analistas dicen que el mercado de São Paulo es más robusto que el de Río porque está impulsado por los viajeros de negocios.
A largo plazo, los expertos son cautelosamente optimistas sobre el mercado hotelero brasileño. Bruno Coelho, gestor de mercados de capital de Cushman & Wakefield en São Paulo, dice: “Si se hacen las reformas políticas necesarias, la gente empezará a tener más confianza”.
São Paulo
Analistas dicen que el mercado de São Paulo es más robusto que el de Río porque está impulsado por los viajeros de negocios.