Retraso de los trenes a Rancagua, Batuco y Melipilla deja con bajo cumplimiento el plan trienal de EFE
Especialistas cuestionan efectividad de esa herramienta de gestión:
Solo tres de diez obras destacadas han logrado un nivel de ejecución casi total. La mayoría aún espera financiamiento.
Manuel Valencia El plan trienal 2014-2016 de la Empresa de Ferrocarriles del Estado (EFE), firmado por el ex Presidente Sebastián Piñera y sus ministros de Hacienda y de Transportes, obtuvo su toma de razón en julio de 2014, cuando ya había asumido la administración de Michelle Bachelet.
Las obras por US$ 1.111 millones daban cuenta de una política de Estado de reimpulsar al modo ferroviario a partir del lanzamiento del tren Rancagua Express. Entre otros proyectos, el plan prioriza inversiones en seguridad, carga y pasajeros, y también en nuevos trenes de cercanía como Alameda- Malloco (ampliado luego a Melipilla) y Santiago-Batuco.
Casi al concluir el plan, que el próximo año debe ser renovado por el de 2017-2019, su nivel de cumplimiento en iniciativas de alta inversión es bajo: de diez obras destacadas, como los nuevos servicios, cambios de material rodante o nuevos puentes, solo tres exhiben un cumplimiento casi total: la rehabilitación y reforzamiento de 24 puentes, la construcción de estaciones intermodales en el Merval y obras complementarias para el servicio Rancagua Express (ver infografía).
“El Mercurio” intentó conocer la visión de EFE, pero la compañía declinó referirse al tema.
En la última sesión de la comisión de Transportes del Senado, el presidente de la empresa, Germán Correa, dijo que “es evidente que no solo en esta materia y en muchos proyectos que el Gobierno ha estado impulsando hay una reevaluación por la crisis económica a nivel mundial y nacional, que se ha prolongado mucho más de lo que se había proyectado”.
Para la subsecretaria de Transportes en el gobierno de Piñera, Gloria Hutt, en el plan había un supuesto de financiamiento que no se cumplió. “Cuando un proyecto genera beneficios sociales, si se defiende con pasión desde un ministerio se logra que las cosas avancen. Los ferrocarriles tienen una alta rentabilidad social, y se relacionan con temas prioritarios como la calidad de vida y la velocidad con la que la gente pueda desplazarse”, dice.
Añade que la ley vigente, que no permite comprometer recursos a largo plazo, hace de los planes trienales un mecanismo para avanzar en ejecuciones. “Se pueden ir actualizando y amarrando financiamiento. En la ley actual cualquier compromiso plurianual es bien escaso y es una dificultad con la que se trabaja”, plantea la ex subsecretaria.
Para el especialista en transportes y urbanismo del MIT Raimundo Cruzat, el incumplimiento de los planes trienales “muestra algo más estructural, que es la duración de los gobiernos. Antes, con períodos de seis años, podías sacar dos planes y alinearlos. Es muy negativo que se posterguen los trenes indicados en los planes, porque se pierde credibilidad respecto de los que se propone y las personas tienden a buscar una alternativa en el transporte privado”.