El nuevo plan de ruta del Museo de Arte Precolombino
Por Romina de la Sotta Donoso.
“Queremos que los pueblos originarios cuenten su historia”, dice Carlos Aldunate, su director. Están cumpliendo 35 años y lo celebrarán con una exposición diaguita a fin de año.
El último domingo de julio, un centenar de mapuches hizo una rogativa en el cerro Santa Lucía y luego caminaron por Huérfanos, trutrucas, kultrunes y banderas azules en mano, hasta llegar al Museo Chileno de Arte Precolombino.
Solo entonces comenzó la inauguración de la muestra de platería mapuche “El metal sigue hablando”.
“Fue una ceremonia impresionante, que le dio vida al museo. Es un ejemplo de lo que queremos para el futuro”, comenta Carlos Aldunate, director del museo privado.
Y no solo se refiere al ritual, sino que también a la participación real de los pueblos originarios en una exposición sobre su propio arte. En este caso son mapuches los rütrafes (plateros) que están exponiendo, y también lo es el artista, Francisco Huichaqueo, quien ofició de curador.
“Queremos que los pueblos originarios cuenten su historia y den su interpretación en nuestras exhibiciones”, detalla Aldunate y revela una ambiciosa idea que quiere concretar en 2018: “Queremos hacer un tragún , es decir, una reunión de artistas contemporáneos indígenas. Estamos trabajando con Pedro Cayuqueo y queremos involucrar a la Conadi, al Consejo de la Cultura, a las galerías de arte y a otros museos. Es importante que estos artistas compartan experiencias, y también que el público de Santiago comprenda que existe arte indígena contemporáneo, que no está muerto”.
Esa es, enfatiza, una de las misiones del museo: demostrar que el mundo indígena no se ha terminado. “Está presente en nuestro ADN cultural, en nuestro mestizaje, en nuestro lenguaje y en nuestra cosmología. Chile se resiste porfiadamente a que este es un país culturalmente diverso y pluriétnico. Afortunadamente esto está cambiando, especialmente en los más jóvenes; no podemos seguir tan enajenados”, dice.
-En los últimos cuatro años, Luis Cornejo descubrió vasijas del siglo XV en el mismo museo, y la Unesco declaró Patrimonio de la Humanidad al Qhapaq Ñan, con 112 km de tramo chileno, y después a los Bailes Chinos. ¿No podrían estos hitos despertar nuestra memoria precolombina?
“La gente está tomando conciencia, de hecho. Y creo que todos los años debiéramos hacer una exposición acá en el museo como la de platería, que ha sido un gran éxito. Por ejemplo, tengo una idea muy bonita de hacer una de escultura en piedra rapanuí, que es muy posible que se materialice porque ya tengo localizada la colección de arte que quiero exhibir”.
Profunda renovación
El museo reabrió hace dos años completamente renovado, con nuevos 1.300 m {+2} de superficie, diseñados por Smiljan Radic, y una inversión de US$ 17 millones, aportados por Minera Escondida y acogidos a la Ley de Donaciones Culturales.
-Esa renovación, ¿definió también que era el momento para innovar en los enfoques?
“Así es. La remodelación nos dio una especie de sacudón, pues tenemos una responsabilidad muy grande frente a todos los aportes que hemos recibido, del Estado, de la Municipalidad de Santiago y de la empresa privada”.
Coincidió, además, con un proceso de planificación estratégica a cinco años, que están realizando y que ha incluido consultas con partes interesadas y con pares. “Hemos recibido críticas súper interesantes, duras y buenas, y nos hemos dado cuenta de que estábamos un poco encerrados en nosotros mismos, y que necesitábamos darles cabida a otros lenguajes, abrirnos”, confiesa Aldunate.
Por eso potenciarán su línea “Arte-Encuentro”, con relecturas contemporáneas del arte precolombino, e intensificarán las propuestas científicas. “En dos años más vamos a tener aquí un congreso internacional de arte rupestre, ya hicimos uno cuando recién abrimos”, cuenta Aldunate.
Destaca que este primer semestre tuvieron 30 mil visitas más que en 2015. Además, aumentaron en un 30% su gratuidad, pues ahora todos los escolares entran gratis.
-¿Cómo van a conmemorar sus 35 años?
“Los vamos a celebrar todo el año. En septiembre y noviembre vamos a tener exposiciones en Antofagasta y San Pedro de Atacama, y ya tuvimos la exposición de Paracas y ahora está la platería mapuche. A fin de año, tendremos una exposición de cerámica diaguita, que estamos organizando junto con la comunidad diaguita de Chalinga. Y también estamos trayendo cosas del Noroeste de Argentina. Será mucho trabajo, con a lo menos dos meses de montaje”.