Transantiago alcanza 30% de evasión, el registro más alto en la historia del servicio
Especialistas aseguran que la falta está cruzando el umbral crítico y debe ser controlada antes de la nueva licitación:
Pasajes impagos implican pérdidas por US$ 150 millones. Esta fuga de recursos podría empujar a un alza de tarifa o un incremento del subsidio estatal.
Tres de cada diez pasajeros del Transantiago se suben a los buses e impunemente pasan por los validadores sin pagar.
Esta falta ha llegado a casi duplicarse en los nueve años en que ha funcionado el Transantiago: si en mayo de 2007 llegaba a 16,2%, en la última medición, correspondiente al segundo trimestre (entre abril y junio), los pasajes impagos alcanzaron al 30%, una cifra definida por el gobierno anterior como un límite crítico para controlarla.
“El tema se escapó de las manos de las autoridades. Antes era una cifra que subía y bajaba y que se peleaba, pero de pronto ha habido una instalación de la impunidad del evasor. Ahora solo sube y sigue una tendencia al alza, que no se logra revertir de un trimestre al otro. Traspasó una barrera psicológica importante que muestra que se desbordó. Solo va a seguir subiendo”, afirma Raimundo Cruzat, ex coordinador del Transantiago.
En su opinión, el incremento no tiene que ver con la desaceleración económica. “Entre 2010 y 2012 la tarifa subió $150, un 35%, y la evasión se mantuvo en torno al 22%. Ahora, entre 2014 y 2016 la tarifa ha subido solo 5% y el alza pasó del 24% al 30%”.
Si bien la evasión implica, en el corto plazo, menos inversión estatal, porque el fisco no paga a los operadores por las validaciones que no se realizaron, en el mediano y largo plazo deriva en un mayor requerimiento de pago por pasajero transportado a las empresas.
En términos anuales, la evasión implica pérdidas por más de US$ 150 millones, según estimaciones calculadas por el Ministerio de Transportes.
Según el especialista en transportes de la Universidad de Chile, Alejandro Tirachini, la evasión es una “bomba de tiempo” e implicará presiones para aumentar la tarifa o el subsidio estatal. “Eso, en las circunstancias actuales, es inaceptable. Subir la tarifa es sincerar un subsidio cruzado por parte de quienes pagan a los evasores. Esto es grave también para la próxima licitación del Transantiago en 2018, porque desalienta a nuevos interesados”. Añade que la evasión responde a la baja fiscalización. Hoy con 247 inspectores se logra controlar a menos de un pasajero por cada mil que se mueven en el Transantiago. Con ello se consigue una probabilidad de apenas 0,11% de ser fiscalizado, lo que se aleja de cifras como el 6,28% que tiene Melbourne, en Australia.
A partir de lo anterior, Tirachini dice que es urgente implementar cambios normativos para mejorar los controles. “Hay que aprovechar este año para realizar pruebas piloto con torniquetes, zonas pagas, validadores para que, según el éxito de las medidas, estén en las bases.
El director de transporte público metropolitano, Guillermo Muñoz, hizo un mea culpa . “Nos hubiese gustado tomar más medidas para que la evasión hubiese ido bajando, pero entendemos que es un tema complejo”.
Ayer Muñoz anunció que una empresa, Redbus, aumentará de 108 a 200 su cantidad de torniquetes mariposa, un sistema que genera verdaderas puertas en la entrada de los buses. “Esperamos que con estas medidas al menos se contenga el avance y ojalá se pueda disminuir”, dijo.
40 mil multas
Este año se han realizado 900 mil controles y se ha multado a 40 mil personas por evadir. La principal patología del transporte capitalinoSantiago, líder mundial en esta falta
Según un estudio de la U. de Chile, la capital chilena lidera en el mundo en la cantidad de pasajeros que evaden. Sin embargo, en multas, los $68.860 (1,5 UTM) que cuesta la sanción en Santiago sobrepasa a lo que se cobra en Madrid ($23 mil) o Berlín ($46 mil). Por ello, según Tirachini, la solución no está en subir la multa.
La evasión dura de los grupos vulnerables
De acuerdo con un análisis realizado por Alto Evasión, el 17% de los evasores (221 mil pasajes) son personas que están bajo la línea de la pobreza. “Para ellos se tiene que generar un subsidio tal como el de vivienda, que tiene que estar depositado en la tarjeta bip para que ellos y sus familiares puedan pagar la tarifa”, afirma Juan Cristóbal Palacios, gerente general de Alto Evasión.
Un proyecto de ley con reveses
La iniciativa para reducir la evasión fue ingresada el 15 de mayo de 2015. Más de un año después, el proyecto no se ha aprobado. En la comisión de Transportes del Senado la idea sufrió un revés importante porque los senadores votaron en contra de que el subregistro de evasores sea público. Con ello, se evita que se genere el control social deseado por el Ejecutivo.