Cuando las mejoras viales se transforman en un desafío para la conducción segura
Choferes se enfrentan a vías que cambiaron su morfología y que a veces es difícil saber a dónde van a dar, lo que en muchas ocasiones provoca giros intempestivos de los automovilistas.
Hace 50 días, el 25 de junio, se abrieron tres nuevas vías que enlazan la Costanera Norte y la Costanera Sur con la avenida Presidente Kennedy y que forman parte de un plan mayor -el Santiago Centro Oriente- que busca desatochar los ya conocidos tacos en esa zona de la capital.
Fueron más de dos años de obras, tiempo durante el cual los automovilistas se acostumbraron a los trabajos y constantes cambios en las vías, que muchas veces terminaban confundiendo a los conductores.
Y aunque las obras terminaron, lo que parece no acabarse es la confusión.
En los días que siguieron a la apertura de los enlaces, varios conductores tuvieron problemas. Por ejemplo, antes de los trabajos, si alguien viajaba por Costanera Norte de poniente a oriente y quería salir de la autopista para tomar Av. Kennedy, debía hacerlo por la pista izquierda y tomar el puente Lo Saldes para pasar a la ex rotonda Pérez Zujovic. Ahora, con el nuevo enlace, existe una vía más directa, pues por la pista derecha de la Costanera Norte es posible acceder a la salida 11B que lleva hacia Av. Kennedy.
Lo anterior provoca que todavía, a casi dos meses de la inauguración de los cambios, algunos automovilistas acostumbrados a transitar por la tercera pista al ver el nuevo enlace abierto, rápidamente intenten cambiarse hasta la primera.
Además, siguiendo el mismo ejemplo anterior, si alguien transita por la primera pista de la Costanera Norte, al llegar al lugar donde se hizo el nuevo enlace, esa pista inmediatamente se transforma en la salida.
La segunda pista ahora tiene una curva en la que el vehículo debe girar primero un poco a la izquierda y luego a la derecha para seguir por la Costanera Norte hacia el oriente -camino que antes era recto- y que se confunde con la tercera pista que conduce al puente Lo Saldes.
Ya sea que los conductores se deben acostumbrar o que todavía se deben mejorar las vías, se trata de una realidad que termina mermando los beneficios en el tránsito que se buscaban con las obras y que expone a situaciones peligrosas.
Así al menos comenta Cristian Montero, taxista que suele pasar por el lugar: “Quedó más enredado que antes, y eso hace que los autos bajen la velocidad para saber qué lado tomar y que igual se forme el taco”.
Pero para el especialista en Transportes Louis De Grange, “todavía es muy pronto para evaluar. Probablemente todavía se requieren más trabajos y estemos ante una situación todavía provisoria”.