Calles que se convierten en baño público
Con su imponente fachada neoclásica, el Club de la Unión es uno de los inmuebles patrimoniales más valiosos del centro de la capital.
Sin embargo, sus centenarias paredes han sido invadidas por los rayados y, últimamente, por la orina. El frontis que se emplaza hacia Bandera no solo está completamente vandalizado por los grafiteros, sino que también invadido por el ácido úrico. Lo mismo pasa en otros sectores de Santiago o ciudades del país.
Y si bien la ordenanza municipal multa a quienes sean sorprendidos orinando en plena vía pública, bastaría tener un mínimo de educación para evitar la mala costumbre.
Aburridos del fenómeno, en el estado indio de Rajastán encontraron la solución a través de la vergüenza: un grupo de funcionarios recorre algunas calles con tambores y silbatos para ridiculizar a quienes sean sorprendidos concretando sus necesidades en plena calle.
La medida puede ser considerada humillante. ¿Pero dañar la ciudad y molestar de forma tan primitiva a nuestros vecinos no lo es?