Tranques de relaves se duplicarían en 20 años y 47% de los depósitos existentes enfrentan conflictos
Actualmente existen 718 obras y 119 están activas:
Mauro Valdés, presidente del Programa Nacional de Minería Alta Ley, explica que hoy somos el país que más relaves produce en el mundo y dice que es primordial avanzar en soluciones.
Actualmente, cada 36 horas se depositan en Chile relaves mineros equivalentes a un cerro Santa Lucía. Y el fenómeno crecerá: en solo 20 años igual volumen se logrará en 21 horas. La producción de relaves podría duplicarse al 2035, por lo que hoy debería ser un tema prioritario para el país.
“Hoy vemos que 47% de la producción de relaves en el país tiene algún tipo de judicialización o conflictos con comunidades”, advierte Mauro Valdés, presidente del Programa Nacional de Minería Alta Ley, iniciativa público-privada impulsada por Corfo y el Ministerio de Minería, que tiene entre sus metas a 2035 avanzar en soluciones en estas materias, además de otras.
El ejecutivo señala que hoy el país es el que genera más relaves, dado que produce el 30% del cobre mundial. Agrega que el tema toma cada vez más relevancia si se considera que la producción minera en el futuro se ubicará cada vez más en la zona central del país, donde hay más población y, por ende, una mayor competencia por el uso de suelo y el agua.
A través del programa que lidera Valdés desde la Fundación Chile, han identificado cuatro desafíos en el tema de estos desechos mineros. Según revela Valdés, el primero es enfrentar la creciente escasez de agua y superficie; el segundo, minimizar el impacto de las infiltraciones y asegurar la estabilidad de los depósitos; tercero, proponen promover la conversión de los relaves pasivos a activos, donde se utilicen esas zonas para, por ejemplo, producir energía solar o para propósitos deportivos; y cuarto, propiciar la inclusión y aceptación comunitaria, donde, por ejemplo, se busca desarrollar tecnologías que permitan tanto a las mineras como a las autoridades y comunidades ver el estado de los relaves. “Tenemos que fortalecer no solo nuestra capacidad de operar relaves, sino también las autoridades y el Estado tienen que hacerse cargo de los pasivos históricos que, efectivamente, cuando fallan o producen daños, se revierte contra toda la actividad minera y reduce nuestra competitividad como país”, señala.
Hoy existen 718 de estos depósitos, y solo 119 están activos, mientras que 443 están pasivos, 124 abandonados y 32 sin información sobre su estado.
Problema mundial
Los desafíos mineros en torno a los tranques no son solo chilenos, sino mundiales. Valdés explica que entre 2005 y 2015 a nivel global se produjeron 20 incidentes asociados a relaves, con un promedio de 20 muertos por año.
Pese a que en Chile desde 1970 -cuando el Sernageomin dictó los primeros decretos de operación y mantenimiento de estas instalaciones- no se han producido incidentes en los relaves, este es un asunto que preocupa a las comunidades aledañas. Ejemplo de ello es el caso de Caimanes, localidad cercana al tranque El Mauro de Antofagasta Minerals, a la que incluso la Justicia ordenó demoler ese depósito en su minuto. No obstante, recientemente la empresa y la comunidad lograron llegar a acuerdo.
Uno de los desafíos que conlleva la minería es que su crecimiento trae aparejada la necesaria expansión de los relaves. “Primero, por efecto de mayores proyectos, que se producirán igual, más rápido o más lento; pero también por temas de competitividad, ya que las mineras tienen que ampliar sus producciones”, recalca Valdés. Y agrega que los desechos van a ser cada vez mayores producto del envejecimiento de los yacimientos, la baja de la ley de los minerales y el aumento de la dureza de estos a mayor profundidad de la roca. “Hay que abordar el tema, tanto para solucionar los problemas que tienen las operaciones hoy como para habilitar el crecimiento de la minería futura”, afirma. Por lo mismo, dice que más que evitar que aumenten estos depósitos, el programa busca optimizar su crecimiento y minimizar su impacto.
El ejecutivo explica que hoy existen tecnologías que podrían facilitar en el futuro la minería sin relaves, o extender la opción de producir desechos en pasta, filtrados o espesados, que ocupan menos espacio y son más estables, aunque más caros.
“Los tranques de relave o los botaderos de los minerales del pasado son las minas del futuro, y ese es un tema continuo”, concluye. Añade que hoy existen empresas que reprocesan sus desechos.
”Pretendemos optimizar el crecimiento de relaves y que tengan el menor impacto posible, la mayor seguridad y que generen confianza en su entorno”.
”Aquí en Chile hay varias regulaciones (para el sector minero) que son súper poco razonables, y hay que entrar a conversarlas”
“Pongámonos de acuerdo en que la minería es nuestra carta de presentación mundial””Pongámonos de acuerdo en que la minería es nuestra carta de presentación mundial, porque no somos nada, excepto en minería”, advierte. Agrega que es necesario “enganchar mejor a la minería en un ecosistema de innovación adecuado” y abordar los principales desafíos. El ejecutivo explica que las metas del programa Alta Ley -que busca identificar los desafíos y problemas de la minería chilena y, además de remover los obstáculos, crear conocimiento, capacidades y tecnologías para fundar una minería virtuosa- están planteadas a 2035, año en que se pretende alcanzar una producción de cobre promedio de 8 millones de toneladas anuales.
En este sentido, Valdés aclara que hoy “estamos en 6 millones de toneladas, y estamos pegados”. Explica que hay dos variables clave para efectos de la inversión: los precios y el planteamiento que tiene Chile en cuanto a condiciones de inversión y en temas regulatorios. Respecto de esto último, advierte que “hay varias regulaciones que son poco razonables y donde hay que entrar a conversar”, como ocurre en el caso del proyecto ley de glaciares.