Villa O’Higgins no tiene banco ni cajero y habitantes viven aislados del ciberespacio
Para trámites en internet hay que viajar más de 560 km hasta Coyhaique:
Funcionarios públicos, comerciantes y empresarios coinciden en que su precaria conectividad digital perjudica el desarrollo de una zona eminentemente turística.
Un viaje de más de 560 km -de los cuales más de 400 son de ripio- emprenden funcionarios municipales de Villa O’Higgins, en el extremo sur de la Región de Aysén, cada vez que deben ingresar informes, proyectos para postular a fondos, licitaciones al mercado público o cualquier trámite en los portales web de los servicios del Estado.
Ello, porque la señal de internet que tienen en su comuna es tan precaria, que es imposible concretar incluso pequeñas operaciones bancarias. La situación afecta, además, al comercio, turismo y a los cerca de 650 habitantes del poblado.
“¡Es desesperante! Es imposible hacer un trámite o meterse al banco por internet, porque la señal es tan mala, que la cuenta al final se bloquea de tanto intentar”, se queja Marcus Campos, presidente de la Cámara de Comercio, Turismo e Industria local. Agrega: “El pueblo crece… Yo no entiendo mucho de megas, pero está claro que nuestra internet es pésima. Trabajamos con turistas, las reservas son por internet… Ya no da para más, se han presentado reclamos a la Subtel, y sin respuesta”.
Villa O’Higgins tampoco tiene cajero automático. “La última vez que le pedimos al BancoEstado que abriera una sucursal (en 2014), nos respondió que no era rentable”, afirma el alcalde, Roberto Recabal, tras lo cual muestra una carta firmada por Jessica López, gerenta general ejecutiva.
La carta señala que no está en los planes de esa entidad abrir una sucursal en esa comuna. La nota indica que “el canal más adecuado para satisfacer las actuales necesidades de Villa O’Higgins es Caja Vecina”. Este es un servicio de BancoEstado que se presta para operaciones básicas en comercios en muchas localidades del país.
Sin embargo, para los habitantes esto funciona “con limitaciones”. “Solo sirven a usuarios de BancoEstado. Los turistas no pueden operar con ellas”, afirma Alejandro Macaya, ejecutivo del Lodge Robinson Crusoe.
“Es un complemento, pero no tienen capacidad de cambiar cheques, entregar tarjeta, no tramitan solicitudes y no se puede ahorrar. Incluso, los municipios, grandes empleadores, acá pagan con cheques y no se pueden cobrar”, dice el consejero regional de Aysén, Jorge Abello.
La próxima sucursal está a más de 230 km, en Cochrane, “pero como tenemos que cruzar el fiordo en la barcaza, y el banco cierra a las 14 horas, no se alcanza a ir y volver en el día”, dice Campos. “Uno ve en Santiago que se roban hasta tres cajeros al día… Aquí lo cuidaríamos como un tesoro”, dice Recabal. “Pero parece que por ser pocos, tampoco tenemos derecho a algo tan básico en todas partes”.
Macaya acusa que esta situación se ha transformado en un obstáculo al desarrollo del turismo. “No les podemos pedir a los clientes que vengan con una bolsa de dinero”, enfatiza.
”Parece que por ser pocos, tampoco tenemos derecho a algo tan básico (como internet), que está en todas partes, y eso complica el desarrollo, en especial el turismo”.
Roberto Recabal – Alcalde de Villa O’Higgins.