Barrios que fueron arrasados en Valparaíso se recomponen con 662 familias menos
Megaincendio de abril del 2014 en cerros del puerto:
Aun cuando el plan de reconstrucción ha avanzado solo en un 40%, los damnificados logran lentamente retomar sus vidas. Junto con la restitución de viviendas, se impulsan proyectos de entorno en los cuatro sectores que resultaron más dañados.
Hay coincidencia entre los pobladores de los cerros que fueron arrasados por el megaincendio del 12 y 13 de abril de 2014 en que, para bien o para mal, la vida ya no es la misma en sus vecindarios. Sin embargo, a poco más de dos años y cuatro meses de la tragedia, y cuando el millonario Plan de Reconstrucción se ha ejecutado en solo un 40%, la vida de barrio comienza lentamente a restituirse, claro, con otras características, urbanas y humanas.
Hasta ahora, 662 familias, que pertenecen al 43% de los damnificados que eran arrendatarios o allegados, ya no viven allí. Emigraron a otras comunas, en donde el Serviu les entregó soluciones habitacionales.
Los que sí se quedaron participan en la recomposición de los barrios para intentar vivir como antes: con sus organizaciones, sus clubes deportivos y lugares de encuentro. Se ha puesto el acento en los cuatro sectores que resultaron más afectados por las llamas: La Cruz, El Litre, Las Cañas y Merced-La Virgen, explica el seremi de Vivienda, Rodrigo Uribe.
“Se han constituido consejos vecinales de desarrollo y a través de ellos, los pobladores han trabajado con los organismos técnicos en la priorización de las obras que consideran necesarias, de acuerdo con sus propias necesidades”, dice.
El personero sostiene que se impulsa una amplia cartera de proyectos, como mejoramiento de calles, iluminación, zonas seguras, plazas y escaleras que hacen más caminables los barrios. “Y a eso se suman sedes vecinales y deportivas, canchas y otros equipamientos”, añade.
Lento proceso
“Se ha estado trabajando en el saneamiento, se han instalado estanques en la parte alta y han mejorado los accesos, para enfrentar mejor una emergencia, que esperamos nunca llegue, aunque quisiéramos que la reconstrucción vaya más rápido”, plantea el alcalde Jorge Castro.
El edil destaca que la tragedia ha dado la oportunidad para sanear las viviendas en los cerros, ya que ahora todas deben estar en lugares seguros y contar con permiso municipal de obras.
“Por primera vez se entregó un subsidio que permite financiar obras para mitigar los riesgos que significa construir en zonas con pendientes. Ojalá esto se amplíe a todos los cerros, porque no cuesta lo mismo levantar una casa en el plan que en un cerro”, dice Castro.
Para la delegada municipal para la reconstrucción, abogada María de los Ángeles de la Paz, “lamentablemente, el plan de barrios deja afuera sectores de otros cerros que fueron también arrasados, como ocurrió en Ramaditas, Mariposas y Rocuant”.
De la Paz también critica la lentitud con que se desarrollan los proyectos en los barrios. “La mayoría de ellos está recién en etapa de diseño, porque no ha sido fácil”, indica.
Los pobladores dicen que los cerros son hoy más seguros, pero reclaman por la demora en las obras y denuncian engaños. “Muchos fuimos estafados por empresas constructoras a las que entregamos los subsidios y nos dejaron las casas a medio construir”, denuncia Leticia Zamora, del cerro Las Cañas.
También aseguran que no todos los beneficiados eran damnificados. “Algunos inscribieron a parientes que vivían en otras ciudades y les dieron igualmente subsidios”, acusa Hugo Maureira, dirigente del cerro La Cruz.