Completan obras del Centro de Extensión del Instituto Nacional luego de cinco décadas
Iniciativa comenzó en 1963 y se retomó en 2012 con financiamiento del Gobierno Regional.
En 1963, las celebraciones de los 150 años de existencia del Instituto Nacional dieron pie para iniciar un ambicioso proyecto: la construcción de un gran teatro multifuncional emplazado en el subterráneo del nuevo edificio de salas de clases que se estaba levantando en esa época. El inmueble se terminó de construir en 1975, pero del anfiteatro sólo quedó proyectado el espacio y las obras de hormigón.
Durante varios años, el teatro quedó en el olvido, las distintas generaciones de estudiantes lo llamaron las “catacumbas”, hasta que en 2012, el municipio de Santiago presentó al Gobierno Regional Metropolitano un proyecto para concluir las obras y transformar este anfiteatro en el Centro de Extensión del Instituto Nacional: un centro cultural destinado a actividades académicas y también a la difusión de la cultura abierto a la comunidad. Luego de cuatro años, las obras del espacio han concluido y será entregado al Instituto a partir de octubre. “Este es un tema pendiente del Instituto de muchas décadas atrás. Es saldar una deuda de infraestructura”, explica la alcaldesa de Santiago, Carolina Tohá.
Este espacio de 5.780 metros cuadros, emplazado a 10 metros bajo tierra, incorpora un gran anfiteatro con capacidad para 800 personas, una sala de cámara para 220 asistentes, dos salas de proyección audiovisual y una de exposiciones, además de otra de música. Requirió una inversión de más de $ 5.290 millones, financiado con el Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR).
“El arte y la música son áreas fundamentales de una formación integral de los jóvenes. Por eso este espacio será un gran aporte a la educación pública del país y creemos que, a la vez, se convertirá en el centro cultural más importante de Santiago”, opina el consejero regional (Core) de la RM, Marcos Aránguiz.
“Los arquitectos han aprovechado los mismos espacios de la estructura inicial y han rescatado algunos materiales y elementos de la construcción original, pero incluyendo los avances de este siglo para tener un centro con un gran nivel de acústica”, agrega el Core.
Al respecto, el intendente metropolitano, Claudio Orrego, dice que “el valor de este proyecto es patrimonial y cultural. Estamos rescatando una estructura que es parte de la historia y la identidad del Instituto y que será, dentro de poco, un espacio de encuentro y visita para la comunidad”.
Administración
Uno de los grandes desafíos para el centro de extensión es su administración y financiamiento. El rector del I. Nacional, Fernando Soto, ha sociabilizado una propuesta que implica la creación de una corporación en la cual participen representantes de distintos estamentos, como la municipalidad, el gobierno regional, y de la comunidad escolar. Esta debería gestionar, entre otras cosas, el financiamiento a partir de aportes basales desde la municipalidad, el Consejo de la Cultura y el Ministerio de Educación, así como de fondos concursables. Además tendría que generar aportes desde el ámbito privado a través de arriendo de espacios, proyectos de empresas y otros como contribuciones de ex alumnos. “Esta corporación permitiría que haya una alianza con instituciones de todo tipo, a través de la prestación de servicios a otras entidades, para lograr el financiamiento necesario para su mantención”, afirma Soto.
Según la alcaldesa Tohá, la propuesta deberá ser analizada en el consejo escolar. Asimismo, espera que el centro cultural comience a funcionar el próximo año.
“Luego de la entrega de las obras, se debe realizar la instalación de los distintos equipamientos complementarios, como la amplificación e iluminación”, agrega.
Para el presidente de ex alumnos del establecimiento, Mario Benavides, este “es una anhelo cumplido (…) Esperamos que sea un lugar de difusión de las artes del más alto nivel, acorde con el rol que ha tenido el Instituto de generar excelencia y calidad en la educación”.