La combustión de leña aporta siete veces más contaminación que los vehículos livianos
Inventario de contaminantes de la Usach fue utilizado como insumo para el nuevo plan “antiesmog” por MP 2,5:
Expertos dicen que si solo se prohibiera y fiscalizara la quema de madera, el esmog bajaría un 40% y se cumpliría la norma.
En la Región Metropolitana, las 120 mil estufas a leña que se han catastrado son responsables de la emisión de 2.086 toneladas de material particulado fino (MP 2,5), el tipo de contaminante más peligroso, pues es capaz de penetrar los alveolos pulmonares e incidir en la muerte prematura de 4.200 personas.
Estos 120 mil calefactores apenas templan el 5% de los hogares de la región, pero su peso en la atmósfera es mayor.
Según un inventario de contaminantes, elaborado en 2012 por la Universidad de Santiago (Usach) y que fue utilizado como insumo en la elaboración del plan de descontaminación (junto a otras investigaciones), esa cantidad de contaminación corresponde a más de la mitad (51,3%) de las 4.065 toneladas de material particulado fino que se emite en la capital.
Supera por lejos a otros, como la contaminación del transporte fuera de ruta (tractores), que aportan 958 toneladas anuales; los camiones y buses, que emiten 600 toneladas, o los autos, que en total (considerando bencineros y diésel) son responsables de 298 toneladas anuales de MP 2,5. Es decir, la leña aporta siete veces más de esta contaminación en la cuenca de Santiago.
Más allá de esta evidencia, el nuevo plan de descontaminación para el MP 2,5 que debuta el próximo año (ver nota relacionada) incluye medidas como la prohibición de la leña y la restricción vehicular permanente a todos los vehículos con convertidor catalítico fabricados hasta septiembre de 2011.
El peso de la leña
Por esta incidencia de la quema de maderas en el esmog entre los contaminantes, el investigador y especialista en contaminación atmosférica de la Usach, Patricio Pérez, postula que si se prohibiera solamente la leña y se fiscalizara el cumplimiento de la medida, se reducirían en 40% las emisiones contaminantes, lo que permitiría cumplir la norma anual internacional de 20 ug/m {+3} (microgramos por metro cúbico). Hoy, tal índice asciende a 32 ug/m {+3} .
“Si se suprimiera totalmente la leña sí sería mucho más grande el impacto que restringir vehículos, por la contribución que tiene la quema de este material. El inventario de emisiones de la Región Metropolitana que se hizo así lo demuestra”.
Según el profesor Pérez, la prohibición que está incluida en el nuevo plan para MP2,5 no logra resolver el problema.
“En el caso de que se lograra suprimir la leña en la RM, bajaría en 40% la contaminación, pero en la práctica es difícil conseguir esto de un día para otro, porque en los sectores de hogares con menos recursos, en zonas como Renca, es la única forma de calefacción que tienen. Además, la mayoría del uso de leña se produce fuera del Gran Santiago, donde no se prohibió. Esa contaminación de igual manera llega al Gran Santiago, por efecto de los vientos”.
Con este análisis coincide el especialista en transportes de Libertad y Desarrollo Rodrigo Troncoso. En su visión, restringir los vehículos generaría un efecto residual en la descontaminación.
“Del material particulado fino, los bencineros son emisores menores. Las medidas apuntan a las concentraciones de MP 2,5, en las cuales la leña tiene un peso mayor. Si consideramos restricciones del 20% del parque, eso se convierte en un efecto bastante pequeño y es aún peor si se produce el incentivo a adquirir más autos. No es un buen camino y efectivamente se deben buscar otras fuentes más relevantes”, opina.
Según estimaciones del Ministerio de Medio Ambiente, la prohibición de la leña reduciría las emisiones residenciales en 90% y en el transporte, la restricción podría hacerlo en un 80%.
Cumplimiento de la ley
El subsecretario de Medio Ambiente, Marcelo Mena, recuerda que la mitad del material particulado se emite, pero la otra se forma. En este último, las emisiones generadas por los vehículos y la industria tienen más peso que la leña, porque contribuyen gases precursores (óxidos de azufre y nitrógeno) que en combinación generan el MP 2,5.
“Tenemos que cumplir la ley de bases del medio ambiente, que exige tomar medidas para todas las fuentes. En el caso de la leña, Santiago va a ser la primera gran ciudad del mundo en prohibir calefactores que funcionan con este combustible. Sin embargo, esta contaminación se produce, fundamentalmente, en invierno. Tenemos que ocuparnos también de la norma anual, que se relaciona con los autos”, afirma.
Agrega que si se consideran las emisiones directas y los precursores, el transporte genera cerca del 40% de contaminación. “No hay balas de plata, no se requiere una sola medida, sino muchas, porque si fuera tan fácil como prohibir la leña, sería muy fácil resolver el problema de la contaminación en Santiago, y no es el caso”.
En las zonas ubicadas fuera del Gran Santiago, el Gobierno trabaja en un plan de aislamiento térmico de viviendas, con el objetivo de reducir el requerimiento energético. Asimismo, se planifican planes de reconversión de calefactores similares a los que se implementan en zonas como Temuco y Coyhaique, donde la leña es responsable de más del 90% de la contaminación atmosférica.
Encuestas
Según los estudios oficiales, el 79% de los santiaguinos que usan la leña apoyan el recambio de sus calefactores.
70% de la contaminación invernal en Santiago es aportada por las estufas a leña.
5% de los hogares de la RM usan la leña . La mayoría está en zonas vulnerables.
$1 millón costaría el plan de recambio por cada calefactor para familias vulnerables.
1,1 millón de autos catalíticos de antes de 2012 serían afectados por la restricción.
Nuevo plan para MP 2,5 será ingresado a Contraloría en las próximas semanas
El proyecto del nuevo plan de descontaminación está prácticamente listo para ingresar a la Contraloría, en uno de sus trámites finales, antes de la puesta en marcha de las medidas, en mayo del próximo año.
Esta estrategia, que busca reducir las concentraciones de material particulado fino en hasta 60% en 10 años, incluye medidas como la restricción a autos catalíticos fabricados antes de septiembre de 2011, la prohibición de la leña en el Gran Santiago, además de la creación de zonas verdes que privilegien el transporte sustentable, entre otras.
Este plan costará US$ 1.686 millones hasta 2025 y espera generar beneficios por US$ 7.707 millones.
Según el intendente de la Región Metropolitana, Claudio Orrego, el nuevo plan “mantiene fundamentalmente las grandes ideas planteadas, como la eliminación de la leña, restricción a la industria y también la restricción a catalíticos de manera más permanente, a partir de cierta antigüedad”.
Añade que la estrategia simplificará la fiscalización de las restricciones, para que la medida se pueda practicar.
En cuanto a los plazos, dice que se trabaja para que el plan esté vigente en abril de 2017, con el objetivo de partir con la nueva gestión de episodios críticos entre mayo y agosto.
El subsecretario de Medio Ambiente, Marcelo Mena, complementa que el trabajo actual busca simplificar el trámite en la Contraloría, para que el plan no encuentre reparos en su revisión.
Fuentes del sector adelantan que entre los cambios que se presentarán, respecto del anteproyecto sometido a consulta pública, está la flexibilización de la medida que prohibía la circulación de motos contaminantes en el Gran Santiago.