Restricción a autos catalíticos se aprobará en octubre
Consejo de Ministros visará plan “antiesmog” de Santiago para que rija en 2017.
Luego de 120 días de elaboración por parte del gobierno, el Plan de Descontaminación del aire para la Región Metropolitana tendrá como uno de sus principales ejes la restricción diaria a dos dígitos del parque de los vehículos catalíticos.
Según fuentes del gobierno, se trata de una de las medidas claves definidas por el Ministerio de Medio Ambiente, la que reducirá la carga de material particulado fino (MP 2,5), la sustancia respirable más fina y dañina presente en el aire. Esto deberá ser visado, finalmente, por el Consejo de Ministros de la Sustentabilidad en octubre próximo.
En la capital, el transporte constituye el 41% de la “torta” de contaminación, y es producida por 1,8 millones de vehículos (parque estimado por el Instituto Nacional de Estadísticas). De ese universo, un millón 96 mil móviles fueron fabricados antes de 2012. Los automóviles posteriores a esa fecha no estarán sujetos a restricción.
La decisión, que se aplicará entre el 1 de mayo y el 31 de agosto de cada año, promete polémica. Carlos Dumay, presidente de la Cámara de Comercio Automotor de Chile, expresó que “esto se hizo entre cuatro paredes, y como no existe una organización que agrupe a los usuarios se aprueba esta idea”. Y agregó: “¿Alguien quiere andar en buses del Transantiago, un sistema derechamente malo? La respuesta es no”.
El gerente de Asuntos Públicos de Automóvil Club, Alberto Escobar, pidió que se establezca un calendario fijo con los números afectos a la restricción. “Debemos aportar al medioambiente, por lo que se puede hacer este esfuerzo. Pero tenemos que saber de antemano las fechas”, añadió.
Emisiones
Otra disposición, incorporada en el informe final, corresponde a la reducción de contaminación que deberá efectuar la industria. La norma actual dice que si, por ejemplo, hay una preemergencia ambiental, las empresas que emiten 32 miligramos de MP deben paralizar sus actividades. El futuro plan señala que para que las firmas no detengan sus faenas (lo que genera pérdidas económicas) tendrán que disminuir sus niveles de contaminación a 30 puntos. En el sector privado no hay objeciones a esta exigencia, pues se asegura que las compañías han realizado altas inversiones en tecnología para dar cumplimiento a las metas.
El programa también incluye la prohibición de la quema de leña durante el invierno, la que genera un 36% de la carga de polución en Santiago.
Ernesto Gramsch, académico de la U. de Santiago y miembro del consejo consultivo del ministerio ambiental, duda de la efectividad de esa disposición: “El poniente de Santiago, al ser una zona de menores ingresos, no parará las quemas o el uso de braseros, porque no puede acceder a otro combustible”. Además, Gramsch añadió que a este escenario se suma la polución de los equipos del sector rural.
Los académicos también destacan que la cantidad de fiscalizadores de esta norma es baja, lo que disminuye el impacto que puedan tener.
El gobierno no se pronunció sobre el futuro plan.