Plan de descontaminación debuta el 1 de mayo con restricción diaria a 219 mil autos
Por Manuel Valencia y Sebastián Sottorff.
Estrategia por US$ 7.977 millones busca reducir en 60% emisiones de material particulado fino en el Gran Santiago:
La prohibición permanente afectará a más de un millón de vehículos con convertidor catalítico fabricados antes de 2012, en cada invierno. También se prohibirá el uso de leña, se elevarán las exigencias a la industria y se regulará la circulación de motos.
Más de un millón de santiaguinos que tienen un automóvil con convertidor catalítico fabricado antes del 1 de septiembre de 2011 deberán comenzar a pensar en una nueva rutina, a partir del otoño e invierno próximos.
Ayer, el consejo de ministros para la sustentabilidad aprobó por unanimidad el nuevo plan de descontaminación para el Gran Santiago, que busca reducir en 60% las 5.687 toneladas de material particulado fino (MP 2,5) que se emiten al año en la capital, en un plazo de 10 años. Este contaminante es responsable de la muerte prematura de cuatro mil personas al año.
La estrategia incluye, como medida de mayor impacto en la ciudadanía, la restricción permanente de autos catalíticos de un modelo previo a 2012. La decisión se tomó porque ese año comenzaron a comercializarse los autos con tecnología de emisión Euro IV en gasolina y Euro V en diésel, que son menos nocivos.
Con esta regulación, cada día, entre el 1 de mayo y el 31 de agosto (cuando rige la nueva gestión de episodios críticos) deberán paralizar dos dígitos, lo que equivale a cerca de 219 mil autos.
La medida abarcará al doble si se decreta una emergencia ambiental (cuatro dígitos).
De esta forma, la disposición deja sin efecto la promesa pública que hizo el Gobierno en 1991, cuando un decreto estableció que se eximiría a los vehículos catalíticos de la restricción.
El intendente de la Región Metropolitana, Claudio Orrego, dijo que más allá del costo político, “lo importante es preservar y cuidar la salud de los santiaguinos. Si eso a alguien no le gusta, habrá que enfrentarlo”.
El anuncio de la nueva restricción vehicular fue recibido con cautela por los especialistas (ver nota aparte). Una de las dudas que genera es la forma en que será fiscalizada. El ministro de Medio Ambiente, Pablo Badenier, señaló que se hará con la identificación de las patentes. Para ello, adelantó, se incorporará tecnología de lectura de patentes y cámaras de vigilancia con partes empadronados, “que van a ser relevantes para hacer cumplir la medida”.
Además de la restricción, el nuevo plan de descontaminación, que reemplaza al actual instrumento de 1997 (actualizado en 2010), contempla otras medidas en el sector transporte. Entre ellas, se creará una restricción para las motos fabricadas antes de 2010. Si bien el anteproyecto incluía a todo el parque, el Gobierno decidió acotar la medida, frente a las críticas de los dueños y conductores de estos vehículos en el proceso de participación ciudadana del plan, que recibió 500 opiniones.
Con el cambio, serán afectadas 9.800 motos (7% del parque de 140 mil). De ellas, cada día deberán paralizar 1.960 (dos dígitos) que tienen tecnología de emisión Euro I y EPA 78.
Además, el Transantiago deberá renovar su flota con buses de tecnología Euro VI hacia 2019 y el Ministerio de Hacienda deberá lanzar un instrumento para incentivar la compra de autos de baja emisión, como híbridos o eléctricos, dentro de un año.
El programa “antiesmog” tiene un costo público y privado de US$ 1.013 millones y beneficios por US$ 7.977 millones, según el Gobierno. La primera cifra incluye todas las inversiones que deberán realizarse, como el recambio de estufas, el gasto en transporte público y la construcción de parques y ciclovías durante una década. El segundo monto se refiere a las muertes (2.229 al año), enfermedades y ausentismo laboral que se evitarían, entre otros factores.
No más leña
La iniciativa añade medidas para fuentes fijas residenciales e industriales. Entre ellas, se prohíbe en forma definitiva, y durante todo el año, el uso de los 44.670 calefactores y cocinas a leña que hoy funcionan en toda la cuenca de Santiago (provincia de Santiago, además de Puente Alto y San Bernardo) y extiende esta regulación a los otros 75.061 que operan en el resto de la RM en el caso de que se decrete una preemergencia o emergencia ambiental.
También, fija estándares de emisión más exigentes a la industria. Por ejemplo, las 57 grandes fuentes industriales hoy pueden emitir 112 mg/m3N (miligramos por metro cúbico normal) y con el nuevo plan, tendrán un límite de 20 mg/m3N.
68%
se ha reducido la concentración de material particulado fino entre 1989 y 2015, por la aplicación del actual plan para material particulado grueso.
22,2
minutos dura un viaje en promedio cuando se aplica una emergencia ambiental, la mitad de los 44 que toma cuando no hay restricción vehicular.
Cinco
minutos como máximo podrá estar encendido el motor de un vehículo comercial detenido, de carga o de pasajeros.
119.731
hogares de la RM usan leña. De ellos, el 37% está en el Gran Santiago.
El resto corresponde a zonas rurales.
El juicio de los expertosRicardo Katz
Investigador asociado del Centro de Estudios Públicos CEP
“La restricción para vehículos de antes de 2011 es incorrecta. Se entiende que se tenga que limitar la emisión de las fuentes móviles, pero la medida tiene que ir más por un cambio tecnológico. Toda la experiencia ha demostrado que este tipo de medidas son a corto plazo, no son estructurales y no solucionan los problemas. La restricción es básicamente una medida de control para la congestión disfrazada como una medida anticontaminación”.
Ernesto Gramsch
Especialista en contaminación atmosférica de la U. de Santiago
“Este plan va en la dirección correcta porque la restricción a los vehículos es algo que va a ayudar bastante. Pero la gran falencia que tiene es que el transporte público no ha mejorado y eso genera un incentivo para tener más autos. La prohibición de la leña también es acertada y hace falta concentrarse en el sector bajo de Santiago, con planes de recambio de estufas y fiscalizaciones para que todas las quemas que existen se puedan eliminar”.
Ricardo Irarrázabal
Ex subsecretario de Medio Ambiente
“La restricción es una situación compleja, porque no se toman en cuenta, en estricto rigor, las emisiones de los vehículos. Por ejemplo, un auto petrolero de 2012 contamina más que un bencinero de 2011. Esa es una falta de racionalidad que eventualmente podría ser impugnada, porque se genera una discriminación arbitraria”.
Patricio Pérez
Investigador y especialista en contaminación atmosférica
“El plan es un avance, pero queda preguntarse hasta qué punto está en armonía con una mejora sustancial del transporte público. Si eso no es así, la gente que tendrá restricción va a tratar de eludirla. Acá no se ven promesas reales de mejorías que inviten a la gente a dejar el auto particular”.
Gremio de automóviles: “La gente no se va a quedar a pie: la locomoción colectiva es un desastre””Pretender que la gente se movilice en transporte público no se logrará bajo ningún punto de vista”, plantea Carlos Dumay, presidente de la Cámara Nacional de Comercio Automotriz (Cavem). El representante gremial apunta a que más que en la restricción, el Gobierno debería enfocarse en otros problemas que podrían ayudar a disminuir la contaminación, como la reparación de pavimento o la concreción definitiva del anillo Américo Vespucio.
“Además, la gente no se va a quedar a pie. El metro suena muy bonito, pero es insuficiente. Y la locomoción colectiva es un desastre”, sentencia.
Clara Espinoza, presidenta de la Asociación de Motoristas Pro Chile, afirma que la restricción hacia este tipo de vehículos es “injusta”.
“Las motos descongestionan Santiago, no lo contaminan. Las autoridades mienten cuando dicen lo contrario, porque las motos no representan ni el 0,1% de la contaminación atmosférica”, afirma.
Otro de los sectores afectados por el plan es el industrial. Fuentes ligadas a esta área dicen que cerca de 1.900 fuentes deberán reducir sus emisiones. Eso, pese a que varias industrias hoy operan con gas natural y sistemas de control de emisiones.
Los fabricantes de calefactores a leña también manifiestan sus reparos y advierten que esta estrategia de descontaminación afectará a los sectores más vulnerables.
“Las zonas rurales tienen condiciones de ventilación completamente diferentes, con matrices energéticas también distintas. Además, la leña es el combustible social por definición”, dice Cristián Cooper, gerente comercial de Bosca.