Nuevo plan regulador plantea ampliar en 890 hectáreas el área urbana en Isla de Pascua
Por Audénico Barría.
Actual normativa data de 1971:
Proporción del territorio destinada a desarrollo urbano pasaría así del 3 al 8%.
Desde hace más de una década que la Municipalidad de Isla de Pascua está estudiando modificar su plan regulador, que ya cumplió 45 años de vigencia. En 2010 se concluyó un proyecto que logró consenso y fue aprobado por el consejo regional, pero falló en su último trámite, antes de ser publicado, pues la Contraloría le hizo 40 observaciones.
Entre los cuestionamientos figuraban algunas exigencias que excedían la competencia de la normativa, como requerir tendidos eléctricos subterráneos o estudios arqueológicos, que debían realizarse previo a las construcciones, y otras que no se ajustaban a la Ordenanza General de Urbanismo y Construcción.
Desde entonces, y con apoyo del Ministerio de Vivienda, se está trabajando en los ajustes, cuyas propuestas inician a fines de mes el proceso de consulta ciudadana e indígena. Luego, los planteamientos deberán ser incorporados o rechazados por el concejo municipal, y entonces el plan quedará listo para ser sometido nuevamente a la aprobación del Core y de la Contraloría.
Según informes de la Secretaría Regional Ministerial de Vivienda, el nuevo plan regulador aumenta en 890 hectáreas el área urbana. La normativa actual considera solo una porción del 3% del territorio en esa condición. Cuando se estableció, en 1971, había 1.585 habitantes, y para ellos era suficiente. Actualmente, y cuando han transcurrido 45 años, la población se empina sobre los cinco mil habitantes y las viviendas han excedido los límites urbanos, hasta ocupar el 5,6% del territorio. El nuevo plan regulador considera aumentar la ocupación a un 8% (ver infografía).
“La idea es que este instrumento permita preparar a la población de Isla de Pascua para el desarrollo en un horizonte de al menos 20 años”, señala el seremi de Vivienda y Urbanismo de la V Región, Rodrigo Uribe.
El nuevo plan propone una altura máxima de un piso para las construcciones, aunque se estudian aumentos en los casos de equipamientos que lo requieran. En cuanto a la densidad poblacional, la actual permitida es de seis habitantes por hectárea, y la idea es no sobrepasar los 20. La iniciativa no propone espacios para industrias, pero sí reconoce el sector de Hanga Piko como de infraestructura portuaria. Tampoco se establecen zonas de conservación, ya que toda la isla cuenta con protección oficial, por su declaratoria como Monumento Histórico.
La jefa de Desarrollo Urbano de la seremi de Vivienda, María Virginia Vicencio, sostiene que “es especialmente relevante que la norma se ajuste a las dinámicas propias de una cultura única en un territorio con atributos valiosos, altamente vulnerables”.
Para el alcalde, Pedro Edmunds Paoa, la nueva normativa es cada vez más urgente, “porque el actual plan regulador, que tiene un par de páginas, hace rato que quedó obsoleto”.
Y el presidente del Consejo de Ancianos, Alberto Hotus, en tanto, advierte que la vida en la isla está cambiando con rapidez, y la llegada de gente hace necesario que haya una normativa que permita un crecimiento armónico.
LIMITACIONES
La expansión urbana es limitada, por la falta de alcantarillado, suministro de agua potable y sitios arqueológicos.
