El transporte público es lo que más estresa a los trabajadores
Encuesta reveló que lo que más preocupa a la gente es el traslado entre su empresa y la casa, por sobre la salud o el trabajo mismo.
Ni la situación financiera, ni la salud, ni el trabajo. El tránsito o transporte público es lo que más estrés provoca entre los trabajadores chilenos.
Así lo reveló la versión 2016 del estudio Zoom al Trabajo, hecho a 1.500 personas y que desde el año 2010 realiza la consultora Visión Humana y la Escuela de Psicología de la U. Adolfo Ibáñez (UAI).
Jorge Sanhueza, decano de la Escuela de Psicología de la UAI, explica que en medio del pesimismo que existe en los trabajadores por la actual situación social y económica del país, las personas tienden a volcarse hacia aspectos más íntimos como la familia y la salud y lo que atente contra ello, los estresa. Es por ello, dice, que hoy el tránsito genera estrés; los actuales tiempos de desplazamiento quitan espacio para estar con la familia. “El trabajo sigue produciendo estrés, los problemas económicos también, pero al no ser tan relevante como era, el trabajo genera menos estrés que el transporte público. Nos produce más estrés lo que nos importa”, dice.
Y lo que más importa hoy a los trabajadores es la familia (88%) y la salud (87%). Estos dos aspectos aumentaron en comparación con los años anteriores, mientras que “trabajo” disminuyó de 76% en 2013 a 64% este año.
“Los trabajadores perciben que tienen poco control sobre el transporte colectivo. No se puede hacer nada contra eso, es una situación que se mantiene crónica por años. No depende de ellos”, explica Sanhueza.
Patricio Polizzi, director general de Visión Humana, indica que el estrés que provoca el transporte es una constante en varias encuestas, al punto que hoy se ha transformado en una determinante del estrés laboral. “Estamos llegando a un punto en que las empresas tienen que empezar a pensar en el transporte de sus trabajadores e intentar hacerlo más o menos favorable para ellos. Pensar en buses de acercamiento, estacionamientos para bicicletas, teletrabajo, trabajo a distancia, horarios diferidos, por ejemplo”.
Pesimismo
A juicio de Sanhueza, la encuesta revela una visión negativa sobre las instituciones y la sensación de que el país ha empeorado en los últimos años: la mitad de las personas cree que su futuro económico no será mejor, aumentó la cantidad de personas que cree que su economía personal y familiar es mala y disminuyó el porcentaje de quienes la consideran buena y quienes creen que la posibilidad de perder su trabajo es baja. “Esto incide en la percepción de las condiciones laborales, el que no todas las personas tengan las mismas oportunidades, el no confiar en las empresas o en el sindicato Según Polizzi, en 2011 las personas comenzaron a hacer explícito su malestar contra la situación social, económica y política, pero la molestia se viene gestando mucho antes. “Empieza una suerte de encapsulamiento. Como no tienes mucho control y eres crítico de lo que ocurre en lo social, te circunscribes a aquello en lo que puedes influir, tu entorno más inmediato, tu casa, tu gente. Es ahí donde están tus expectativas y donde sientes que puedes hacer algo”, señala.
En otros aspectos de la encuesta, Sanhueza destaca que a las personas de más edad les importa más la estabilidad de un empleo que la remuneración, al revés de los jóvenes, que valoran más el sueldo.