Incendios forestales revelan falta de normas que resguarden zonas urbanas
Por V. Miranda, M. Miranda y X. Bertin.
Seguidilla de siniestros en áreas que colindan con sectores residenciales han alertado sobre vulnerabilidad de nuevos barrios.
La RM lleva el triste récord de ser la región del país con el mayor incremento de incendios forestales (ver infografía) y hectáreas consumidas, riesgo que este año ha llegado cada vez más cerca de zonas urbanas pobladas. “Lo que hemos vivido en Santiago es absolutamente excepcional y ha significado sacar recursos de otros lugares para hacer frente a esta emergencia”, precisó el intendente metropolitano, Claudio Orrego, luego de sobrevolar el área afectada hasta ayer por varios focos activos. Con tres comunas en alerta roja (Pudahuel, Maipú y Lampa), hasta ayer, los pronósticos no son auspiciosos, ya que “tendremos un verano que va a ser el más cálido de los últimos 40 años”, aseguró el director regional de Onemi, Rodrigo Rojas,
Este peligroso avance de los incendios forestales hacia zonas que colindan con áreas urbanas es un riesgo creciente que ha sido trabajado desde la Conaf en conjunto con expertos en incendios de California, EE.UU. Este estado sufre al igual que Chile, una extensa sequía, además de condiciones geográficas y climáticas similares que lo hacen propenso a los incendios. Pero a diferencia de Chile, en EE.UU. es obligación, a través de los planes reguladores, que las casas de la interzona urbana-rural mantengan una franja de 40 metros de terreno libre de vegetación. “Es clave que cada casa mantenga limpio este terreno de cualquier elemento combustible, y que cumplan con ciertos requisitos antiincendio, con techos especiales y calles suficientemente anchas para que pasen los bomberos. Y cosas tan simples y obvias como identificar claramente la dirección de cada una”, sostiene Ken Pimlott director de Cal Fire, Departamento Forestal y de Protección contra Incendios del gobierno de California. A juicio de este experto, en Chile urge mejorar la planificación territorial en el límite urbano o zonificación, y el trabajo con las comunidades.
Esta falta de normativa que obligue a mantener franjas de seguridad es una preocupación entre los urbanistas. “Con suerte existe el límite fijo entre lo urbano y lo rural, pero no existe hoy en día la obligación o la posibilidad de contar con franjas de protección, que fue, de hecho, uno de los grandes problemas que incidieron en el gran incendio de Valparaíso”, precisó el arquitecto Carlos Muñoz, experto en hábitat y territorio de la U. de Santiago. Según Muñoz, en Chile no existe un ordenamiento territorial integral que se haga cargo de estas zonas de interfases y de definir las medidas de protección natural ante incendios y otras amenazas. “En Chile sólo existen planes reguladores que se hacen cargo de las zonas urbanas, que equivalen a un 0,8% del territorio. La parte rural, un 99,2% del país, prácticamente no tiene regulación”, agrega. Según Muñoz, sólo hace un mes, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) encargó el diseño de las bases de un ordenamiento territorial para Chile, que se haría cargo de estas deficiencias. “Queremos conversar con la autoridad competentes sobre las modificaciones a las normativas de construcción y urbanismo para poder evitar futuras situaciones de riesgo”, advirtió Sadi Melo, presidente de la Asociación Chilena de Municipalidades, quien comparte la preocupación por este déficit de regulación y el creciente número de incendios cercanos a las viviendas.
Para Javier Vergara, director ejecutivo de Ciudad Emergente, es relevante el desarrollo de comunidades más resilientes a los incendios forestales en verano, “pero desde la educación cívica y de la conciencia de vivir en zonas de riesgo, no sólo desde una normativa que uno pueda imponerles a las personas”. A juicio de Vergara, el riesgo de los incendios forestales en zonas de interfase aún no está tan internalizado en los barrios “hasta el día en que ocurren, como lo que está pasando ahora, y ahí se hace evidente el problema”. Además, se suma el crecimiento desarticulado y explosivo de la ciudad hacia zonas rurales y cerros, que se convierten en urbanas, pero sin el equipamiento básico, como cuarteles de bomberos, entre otros servicios básicos.
Con el fuego en la puerta
La falta de regulación para construir se hizo patente ayer en la zona residencial de Ciudad de Los Valles en Pudahuel, específicamente en el condominio Izarra, donde Sandra Araya vive junto a su marido e hijo, y quien tuvo las llamas, la noche del lunes, a unos 500 metros de su casa. “Llegó como una especie de látigo de fuego, toda la cima del cerro era un cordón naranjo y en minutos empezó a bajar. Veíamos el fuego encima, todo ardía y con los vecinos empezamos a mojar toda la parte del frente de la casa (ladera del cerro), otros con palas rompieron la valla perimetral para sacar la maleza y mojar”, relató la mujer.
A esto se sumó el humo que generó molestias en vecinos del condominio Las Flores II, como Evelyn Olivares, quien aseguró que “nos pidieron evacuar. Yo tengo una bebé y no nos pudimos quedar, porque era irrespirable”.
Claudina Parra también vive en la zona alta, aledaña al cerro, en Las Flores II, sector de Ciudad de Los Valles, y relató que la noche del lunes “fue horrible. Todos estábamos muy asustados, porque en un momento teníamos fuego rodeándonos por tres cerros diferentes. Con los vecinos empezamos a mojar los patios y las casas y la gente empezó a evacuar a los niños. Uno caminaba y caían cenizas igual como muestran cuando hay una erupción de volcán”.
Otro caso registrado fue en San Bernardo, donde un incendio aislado ocurrido el lunes en la tarde en un sitio eriazo con pastizal provocó que ardieran dos salas del Colegio Domingo Eyzaguirre, ubicado en el sector de Fontecilla. Los alumnos y personal fueron evacuados y ayer se suspendieron las clases para realizar labores de limpieza.