MOP prepara licitación para rescate de centenaria iglesia de Carelmapu
Está clausurada hace ocho años por riesgo de desplome:
Proyecto demandará una inversión de $1.700 millones y será financiado por el gobierno regional.
“Será para el inicio de la próxima primavera cuando puedan empezar las obras”, dice, lleno de fe, el padre Juan Martínez, cura párroco de la iglesia de Nuestra Señora de la Candelaria de Carelmapu, situada en la comuna de Maullín, en la Región de Los Lagos, y que está clausurada desde hace ocho años por el riesgo de desplome.
El enorme templo, que data de 1913 y por sus características corresponde a la escuela de carpintería chilota en madera, es el hogar de una antigua imagen de la Virgen de la Candelaria.
Esta es objeto de gran devoción, especialmente en el sur chileno y argentino, y en cuyo homenaje se reúnen hasta 30 mil fieles en su fiesta patronal, que se celebra en febrero.
Tan crítico era el estado del templo, que incluso antes de ser clausurado, los fieles consiguieron construir una capilla pequeña al lado, en la que solo caben unas 150 personas.
Pese a múltiples intentos de reconstruir el templo y a la demanda permanente de la comunidad, hasta ahora no han logrado mejora alguna.
Por eso la confirmación de que la Dirección de Arquitectura del MOP está preparando las bases de la licitación para rescatar el templo genera expectativas en Carelmapu. “Ahora parece que vamos a ver por fin que empiecen las obras”, dice el alcalde de Maullín, Jorge Westermayer.
“Hemos venido exigiendo el cumplimiento de ese proyecto de restauración desde hace largo tiempo, y como municipio estuvimos dispuestos a priorizar la entrega de recursos regionales por $1.700 millones”, destaca el jefe edilicio, para una obra que no solo es importante para Maullín. “Es un patrimonio de la región y del país”, enfatiza Westermayer.
Carolina Mellado, directora de Arquitectura del MOP en Los Lagos, explica que tras el desistimiento de la Fundación de Amigos de las Iglesias de Chiloé (Faich) para asumir su restauración, decidieron hacer uso de una modalidad de administración delegada para las obras, “que no las puede hacer cualquier maestro”, aclara.
“Tenemos el proyecto de intervención patrimonial que hizo la fundación”, paralelo a la última estabilización (en 2013), y aunque puede haber mayor daño por el tiempo, la humedad u hongos, “ese proyecto permite restaurar”, dice Mellado, quien no descarta que especialistas formados en la Faich participen del proceso de rescate.
INTERVENCIÓN
Trabajo exige una gran experiencia de los restauradores, pero al mismo tiempo permitirá calificar mano de obra.