Buscan crear edificios sustentables y reducir emisiones contaminantes en Temuco y Coyhaique
Programa Comuna Energética nació de colaboración del gobierno suizo:
Estrategia ya se inició con el municipio de la capital de La Araucanía y el diagnóstico de un centro cultural en Aysén.
Cuando el Centro Cultural Coyhaique fue inaugurado, en 2011, la capital de Aysén puso fin a décadas sin un espacio masivo para las artes. Al principio, el recinto convocó a gran cantidad de personas, pero con los años el público mostró una merma que no se condecía con la oferta del recinto. Un diagnóstico energético del inmueble, en el que colabora el gobierno suizo, dio en el clavo: el espacio de hormigón resultaba muy frío, sobre todo durante los inviernos de la zona austral. Tras el estudio, un proyecto por $70 millones (en una primera etapa) intervendrá la estructura para hacerla más cálida y recuperar a los espectadores.
Otro caso: el colegio Baquedano de la misma ciudad pagaba altas cuentas de energía, hasta que un análisis realizado por los expertos helvéticos evidenció que debían pedir un cambio del tipo de cuenta que pagaban para ahorrarse hasta seis millones de pesos al año.
“Era solo un trámite administrativo, pero debía verlo alguien con conocimiento sobre el tema. Ahora trabajamos en cambiar muros, ventanas y techos en este colegio”, explica Franco Morales, especialista chileno que trabaja para el proyecto de colaboración con Suiza.
Este plan, que se enmarca en el programa “Comuna Energética”, busca profundizar las experiencias helvéticas también en Temuco y Vitacura. La idea, según el embajador suizo en Chile, Edgar Doerig, es “hacer un análisis del consumo y luego implementar medidas para mejorar el rendimiento energético. Estamos aportando la experiencia suiza en esto”, dice.
En su país hay 370 comunas que aplican métodos para generar energía sustentable y renovable. En Berna, la capital, 50 mil habitantes reciben calefacción a partir de la quema de basura.
Involucrar a comunidades
En Temuco, los especialistas trabajan en el diagnóstico energético de la municipalidad. Ahí, por $200 millones se lleva a cabo un plan de ahorro de energía mediante técnicas sustentables. Asimismo, en los inmuebles ubicados en torno a la Plaza de Armas, como el mismo edificio consistorial, la intendencia, bancos y casas comerciales, se tratará de aprovechar el calor proveniente de un canal de agua que corre en torno a la plaza.
“Buscamos aplicar bombas de calor para trasladar agua caliente de un edificio a otro, con este anillo de agua que circula en torno a la plaza”, añade Morales.
Una delegación de Berna recorrerá las experiencias para profundizarlas, sobre todo en dos de las comunas más contaminadas de Chile en invierno, por su alto consumo de energías fósiles, como la leña (responsable del 90% de la generación de material particulado fino en esas cuencas).
El jefe de la comitiva, el director de energía y medio ambiente de Berna, Adrian Stiefel, señala que en Suiza se inició un plan en 2006, para transformar las energías fósiles en renovables en 30 años. Hoy llevan el 50% y aspiran a conseguir el 75% de calefacción sustentable en 2036. Reconoce que el objetivo tiene complejidades: “Sigue siendo difícil porque cada uno quiere su sistema de calefacción propio. La gente teme a que otros sí lo tengan y ella no, pero cuando se tienen los resultados, como más espacio en la casa, sin contaminación puertas adentro, y se ve que funciona y se siente, se ve que no es tan terrible”, afirma.
Esa misma metodología para involucrar a las comunidades y convencerlas del valor de las políticas busca reproducirse en Chile. En esa línea, Morales dice que se aspira a que las experiencias de Coyhaique y Temuco sean una especie de pilotos.