Transantiago: rediseño se zanja en 2017 y lo implementa próximo gobierno

TransantiagoPor Manuel Valencia.

Se deberán licitar contratos de operadores Subus, Metbus y Vule

Autoridades prometen que cambios no serán “cosméticos” y abarcarán todos los aspectos del sistema. Habrá 12 empresas y flota de buses sería mayor a la actual.

La idea del Gobierno es no replicar el llamado big bang del 10 de febrero de 2007, cuando debutó Transantiago en medio de los problemas operativos que siguen, con algunas mejoras, hasta hoy.

Para eso, con la consigna de la gradualidad, el Ministerio de Transportes trabaja en el rediseño del sistema que, según el subsecretario Carlos Melo, promete ser profundo y “no cosmético”, para rebatir las críticas de ex autoridades, que anticipan que los tiempos no alcanzarán para completar la licitación y conseguir que el sistema deje atrás sus problemas principales: alto costo, fuga de pasajeros, evasión y buses viejos.

Esta semana el rediseño cerró su etapa de participación ciudadana para dar paso a una de consulta pública hasta febrero. En ella, se podrán hacer observaciones a una versión simplificada de las bases de licitación. Luego, las bases ingresarán a Contraloría. El subsecretario estima que la toma de razón durará hasta tres meses y se espera adjudicar los contratos a fines de 2017.

El ministro Andrés Gómez-Lobo anticipa que se ampliará la participación de las actuales seis unidades de negocios a 12, con menos buses. De todas formas, fuentes ligadas al proceso dicen que la flota actual de alrededor de 6.500 máquinas podría crecer a cerca de 8.000 para atender los requerimientos de mayor frecuencia y regularidad de los servicios, la principal inquietud entre las 10.438 expresadas por los usuarios en la participación ciudadana (27%, 2.818).

Esas empresas tendrán plazos de concesión menores a los actuales (de hasta 10 años), pero según el subsecretario serán los suficientes “que permitan pagar la inversión que tiene que hacer una empresa”.

Estas firmas deberán ofrecer buses con más asientos, y deberán cumplir con la norma de emisión Euro VI, que será exigida en el plan de descontaminación.

El rediseño también contempla cambios en la malla, en la propiedad de los terminales, que serán licitados con otras bases. Además, se relicitarán los servicios complementarios, como el Administrador Financiero del Transantiago, y la fabricación y recargas de la tarjeta bip, que hoy presta Metro.

“Metro tiene una posición relevante en esta área, concentra el 70% de la red de carga en sus boleterías. Desconocer este hecho sería iluso, pero también nos interesa en todos los espacios generar la mayor competencia posible”, dice Melo.

Dos gobiernos

Al igual como sucedió con el Transantiago original, el diseño e implementación de esta nueva versión quedará dividida en dos gobiernos.

En este período quedarán firmados los primeros contratos de vías, de servicios complementarios y terminales, y será la próxima administración la que implemente estos cambios.

“Ellos podrán hacer algo distinto, siempre se innova en las bases. Y vamos a tener dos nuevas líneas de metro, una línea de tren operando, y eso va a requerir ajustes a fines de la década”, señala Gómez-Lobo.

El nuevo gobierno también deberá negociar un nuevo subsidio, considerando que la ley actual establece recursos hasta 2022.

Torniquetes
Se exigirán torniquetes en algunos de los nuevos buses y más zonas pagas.