Temperatura en Santiago llegó a los 34,8 grados ayer, su nivel más alto en un siglo
La segunda más elevada para el mes de noviembre desde que se toman registros:
Vientos del oeste atenuaron por la tarde un calor que amenazaba con empinarse hasta los 37 grados, máxima que sí se alcanzó en Curicó. Las temperaturas deberían ir descendiendo paulatinamente en los próximos días, al menos en la capital, según la Dirección Meteorológica de Chile.
Richard García Aunque faltan tres semanas para que llegue el verano, el calor está alcanzando niveles récord en la zona central y sur de Chile. Ayer Santiago estuvo a punto de superar todas las proyecciones, pero vientos más templados procedentes del oeste redujeron levemente la temperatura, tal como ocurrió la semana pasada, según explica el meteorólogo Arnaldo Zúñiga, encargado de Difusión del Centro Nacional de Análisis de la Dirección Meteorológica de Chile.
De todas formas, el registro fue histórico: 34,8 grados. Se trata del más alto de noviembre en poco más de 100 años, uno que ya se había presentado en 2007, pero en esa oportunidad se trató del más alto en 94 años, ya que en 1913 se registraron 36,6 grados. Este sigue siendo hasta ahora el récord para la capital en lo que se refiere a este mes desde que se comenzaron a obtener registros.
Solo se han vuelto a registrar 36,6 grados una vez más en todo este tiempo, pero fue en diciembre de 1998 y en pleno mes de enero.
Desde la cordillera
Ayer no solo hubo máximas históricas para Santiago. En Curicó, por ejemplo, se registraron 37 grados, temperatura que no se había presentado en los últimos 50 años. Lo más cercano habían sido 36,6 grados en febrero de 1970. En Chillán, en tanto, se registraron 36 grados. La máxima para esta ciudad tuvo lugar en 1991 y fue de 37,5 grados.
Las temperaturas altas son frecuentes a medida que se acerca el verano por la acción del anticiclón del Pacífico, una condición de alta temperatura que desvía la penetración de los frentes de baja presión. “Las masas de aire cálido, que en el invierno están restringidas a bajas latitudes, es decir más al norte, avanzan hacia el sur y además hay mucha más radiación solar debido a que el aire está seco y hay ausencia de nubosidad. Eso calienta naturalmente el ambiente”, explica René Garreaud, meteorólogo del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR2).
En esta ocasión, sin embargo, fueron potenciadas aún más por vientos cálidos que bajan desde la cordillera hacia la depresión intermedia.
También juega un rol importante la corriente en chorro o “jet stream” del Pacífico, que es el equivalente a las corrientes marinas, pero en el aire. Se trata de fuertes vientos templados que se desplazan de oeste a este y que por lo habitual atraviesan el continente en forma lineal. Es como la línea fronteriza entre el aire cálido y el aire frío, y a medida que llega el verano se va desplazando hacia el sur.
Pero cuando hay una prevalencia de los vientos del este, esta corriente tiende a desviarse otra vez hacia el Pacífico y a formar una especie de S, lo que ha generado masas de aire cálido en zonas habitualmente más temperadas.
No es raro, por ende, que se hayan presentado en los últimos días máximas de 32 grados en ciudades como Temuco y Valdivia.
Se espera que las temperaturas se atenúen en los próximos días justamente por la acción del “jet stream” del Pacífico, que retorna a su dirección habitual trayendo nubosidad y aire más fresco.