Transantiago: bases de licitación establecen tiempos de espera máximos
Proceso también incluye servicios más extensos, que alcanzan hasta los 71 kilómetros.
Este mes el gobierno espera dar a conocer los principales cambios que se realizarán al transporte capitalino. La reforma al Transantiago introducirá nuevas exigencias en la futura licitación de 2017, la que mejoraría el estándar de funcionamiento del sistema.
El Ministerio de Transportes publicará las bases de los contratos para que sean conocidos en una consulta pública que durará 45 días y en la que podrán participar la industria y la ciudadanía. Luego de ello, se espera que en marzo se ingresen los documentos a la Contraloría.
Entre las exigencias incluidas estará que las empresas contemplen tiempos de espera máximos para los pasajeros en las paradas. La idea es que sean alrededor de 12 minutos en promedio.
Para ello, se pedirá mejorar los indicadores de frecuencia y regularidad que hasta ahora no se han cumplido en los últimos tres años, según una reciente auditoría. Además, las detenciones que harán los buses en cada punto para recoger usuarios serán cada 750 metros. Las firmas reconocen que hoy lo hacen cada 350 metros, incluso donde no hay público.
También hay consenso en que habrá recorridos más extensos: uno de ellos conectará Renca con Peñalolén, a lo largo de 71 kilómetros.
Pagos
Las bases de licitación informarán de un ajuste en el pago por kilómetro recorrido a las empresas, lo que constituye un 30% de los ingresos del sector. Se considerará un aumento de hasta 15% del precio respecto del diésel exigido por la norma vigente. Ese monto variará por tipo de tecnología y tamaño de bus.
Héctor Moya, director de la firma Metbus, sostuvo que este último punto se ha analizado cada año con la autoridad. “Se paga mucho menos de lo que vale. Hay que revisar y establecer un valor equivalente”, dijo. Agregó que “por kilómetro recorrido se invierten, al menos, $ 1.500”. Los privados señalan que la fórmula actual perjudica a los operadores.
Un punto que está en definición es el pago por pasajero transportado, lo que hoy corresponde al 70% de lo que reciben las firmas. Los privados dicen que el gobierno debería plantear cómo se enfrentará este punto, porque la evasión se ha disparado a un 30% (tres de cada diez personas no pagan).
“La nueva forma de pago será clave en la salud financiera de las concesionarias”, señaló el gerente de Planificación de la empresa STP, Diego Muñoz, pues explica que el esquema actual genera “incertidumbre” sobre los ingresos, pues la demanda por el transporte varía. Se han apreciado cambios en los medios de transportes (se utiliza más el automóvil) o la evasión, que ha ido en aumento.
Para varios de los operadores, la apuesta para aumentar sus ingresos es ganar nuevos recorridos. La licitación contempla abrir nuevas unidades de negocio, que hoy están a cargo de siete firmas. Luego del proceso de licitación, serán entre 10 y 12 los cupos que pelearán las nuevas empresas. La idea, según los expertos, es que el control del Transantiago no quede en manos de unas pocas compañías.
Seguridad
Un aspecto que ha reforzado el Ejecutivo, y que se verá reflejado en las bases de licitación, es la implementación de mayor seguridad para los pasajeros y conductores.
El ministro de Transportes, Andrés Gómez-Lobo, afirmó que se pedirá que los vehículos tengan un mínimo de cámaras de seguridad. “Eso da mayor protección a los pasajeros y también a los choferes en el caso de delitos”, dijo. De hecho, ya hay operadores que han importado buses que tienen disponibles incluso siete cámaras a bordo.
El secretario de Estado añadió que ese material audiovisual deberá ser almacenado y entregado al Ministerio Público en el caso de que sea requerido. Cuando se puso en marcha el Transantiago, se incluyeron unidades de seguridad, pero el sistema no funcionó. Héctor Moya apuntó que ello sucedió porque no se implementó un centro de monitoreo para las flotas que estuviera a cargo del Estado.