¿Qué se debe hacer en Valparaíso?
Por O. Fernández y K. González.
Incendio en Laguna Verde reabrió el debate sobre la seguridad en la urbe. Falta de inversión, pobreza y geografía son las variables a considerar.
La imagen de los vecinos sacando escombros, rescatando ropa y restos de electrodomésticos se ha vuelto una postal repetida y triste en Valparaíso, ciudad que el domingo pasado vivió un nuevo incendio, que dejó a 140 porteños sin hogar. El evento de ayer recuerda el último siniestro ocurrido en 2014, que destruyó 2.900 viviendas. Ambos siguen dejando ver las fallas de una urbe continuamente azotada por este tipo de tragedias. ¿Qué sucede en la segunda ciudad más poblada de Chile? ¿Cómo evitar que arda constantemente el anfiteatro de Valparaíso?
Luis Eduardo Bresciani, académico UC y presidente del Consejo Nacional de Desarrollo Urbano, explica que cuando existen niveles de pobreza como los que hay en esa zona, “pensar que la planificación urbana es la solución no es real”. Añade que lo que “urge” es aumentar la inversión en infraestructura para esas áreas. Hasta ahora se aprecia que en los sectores expuestos al riesgo no existen grifos que suministren agua, vías de escape o tendidos eléctricos, medios de transporte adecuados y calidad en las viviendas. “Se requieren gobiernos locales más fuertes, con más competencia para abordar estos temas”, dijo.
Bresciani habla de una de las comunas del país con mayores índices de precariedad: posee la mayor cantidad de familias en campamentos (10.037), que residen en 162 asentamientos, la mayoría ubicados en los bordes del radio urbano. Se trata de un sector denominado “interfaz”, límite entre el área urbana y rural que no tiene una frontera de seguridad como cortafuegos.
Precisamente, en octubre de 2016, la Corporación Nacional Forestal, Conaf, alertó al gobierno regional y a organizaciones comunales de que la zona de Laguna Verde poseía peligros de incendio.
Los expertos indican que el lugar afectado por este incendio tiene gran cantidad de matorrales y especies exóticas, como eucaliptos, que se ubican a pocos metros de las viviendas, lo que constituye un combustible en potencia.
Esta zona de quebradas también está afectada por la presencia de microbasurales, que han tratado de ser removidos por grupos de vecinos, sin embargo, los desechos reaparecen en pocos días. Solo en la comuna de Valparaíso, en 2016 se extrajeron 1.072 toneladas de basura.
La Conaf considera complejo controlar esta situación, pues los predios tienen diversos dueños: particulares, empresas y zonas tomadas por pobladores que han instalado allí sus casas de material ligero. “La preocupación debería aparecer en las personas que son dueñas de esos lugares. En este caso había pobladores que no habían hecho el trabajo de limpieza (de los microbasurales)”, dijo Rolando Pardo, jefe del Departamento de Prevención de Incendios Forestales de la Conaf, quien sostuvo que estos programas dependen de la voluntad de los vecinos.
No obstante, para el director del Instituto de Geografía de la U. Católica de Valparaíso, Luis Alvarez, uno de los principales problemas es “la presencia de eucaliptos” en los cerros. “Esta especie presenta varios problemas. No sólo es altamente combustible, sino que, además, sale favorecida de los incendios, porque desde ellos nace el renoval (pequeños arbustos) que luego crece rápidamente. También consumen el agua del subsuelo, con lo que propician los episodios de baja humedad, que es la condición esencial para que se produzca el incendio”, alertó. Según el investigador, el día de la emergencia, la humedad en los cerros bajó al 23% y los grandes incendios están asociados a esta condición meteorológica.
“Acá vemos el efecto del cambio climático que hacen a Valparaíso vulnerable, por eso cuando se baje del 30% de humedad, la ciudad debería decretar emergencia”, dijo. Asimismo, asegura que “lo que estamos presenciando es la precuela de una gran emergencia”.
Al respecto, Alvarez propone dos obras fundamentales: un sistema de drenaje para llevar el agua lluvia al subsuelo y la reforestación de los cerros con especies nativas.
Una opinión distinta tiene el académico de la U. de Valparaíso y experto en asentamientos humanos, Uriel Padilla, quien afirma que “sacar los eucaliptos no es la solución. Es necesario mantener una masa vegetal, sin ella se corre gran riesgo de remoción de masa y alud hacia las viviendas”.
Luego del gran incendio de 2014, el gobierno comprometió la realización de varias obras de reconstrucción. Entre ellas, un plan de manejo forestal y la construcción de vialidad y estanques de agua en la parte alta de Valparaíso. En total, estas obras involucran una inversión hasta 2021 de $ 290 mil millones (ver recuadro).
Al respecto, el ex delegado para la reconstrucción, Andrés Silva, afirmó que estas “no se han cumplido en tiempo ni forma. Durante el primer año avanzamos en la limpieza de más de 30 mil metros cúbicos de quebradas, se instalaron las 18 piscinas de decantación en los cerros y se encargaron estudios de factibilidad para las grandes obras. Espero que luego del incendio de ayer (lunes) se retomen estas obras con la misma energía que luego de la tragedia de 2014”.