Vecinos se organizan a través de la cultura para resguardar la vida de barrio
Organizaciones de los barrios Infante , Beauchef-Rondizzoni y Yungay, además de proteger la arquitectura, buscan reactivar la identidad ciudadana entre sus vecinos. Estos sectores de Santiago tienen más de 90 años de antigüedad.
En 1936, la familia Sermini construyó su casa en la calle José Manuel Infante en Providencia -un castillito de influencia neogótica y Tudor-, y una fábrica textil. Con el pasar de los años, el conjunto se puso en venta y los vecinos se organizaron para que la municipalidad lo conservara. Hoy es un centro de creación abierto a la ciudadanía y el Castillito está próximo a convertirse en museo.
Claudia Vedia y Josefina Grinn llegaron al barrio hace más de 10 años y están felices con el patrimonio que las rodea. Por eso crearon la Fundación Barrio Infante, pero su preocupación va más allá de la defensa de edificios históricos, “Queremos mantener ese espíritu de barrio, donde salgo a la calle y me conozco con el vecino. Hay una variedad humana muy rica, porque aquí hay personas que trabajan y viven en el lugar. Son un aporte real”, dice Grinn.
La Fundación, con tan solo dos años de existencia, ha realizado coreografías en la calle con los vecinos, muestras de cortometrajes y están ad portas de lanzar dos fanzines con temáticas del barrio.
La actividad que tuvo mayor resonancia entre los vecinos fue la exposición fotográfica “Autoretrato Barrio Infante”, que aún se puede visitar en Infante 1397. “Cuando la inauguramos, los vecinos que se vieron ahí retratados quedaron impactados, porque nunca se imaginaron que eran tan importantes para el barrio”, dicen las organizadoras.
Algo similar ocurre en la comuna de Santiago. Claudia Cervantes, presidenta de la agrupación Vigías del Barrio Beauchef-Rondizzoni, llegó al sector por la calidad de vida de los barrios antiguos, y una de sus primeras acciones fue oponerse a que se construyera un edificio en el Club Hípico. Los vecinos juntaron firmas y evitaron que se construyera, mientras que el barrio fue declarado zona típica por el Consejo de Monumentos Nacionales en 2002.
Además, para celebrar el día del Patrimonio, la organización crea cada año afiches con fotografías de los vecinos que le dan vida al sector. Con el título “Yo soy patrimonio”, el elegido se reconoce como parte del patrimonio intangible.
“Las historias de los vecinos son las que construyen los barrios; sin historias, los barrios se transforman en contenedores de gente”, dice Cervantes, quien además, por medio de iniciativas ecológicas, logró que Beauchef-Rondizzoni sea el primer barrio sustentable de la comuna de Santiago.
Patrimonio vivo
Otro caso es el de José Osorio que en 1996 llegó al Barrio Yungay a vivir en una de las casas de comienzos del siglo XX. Apenas notó el avance de las inmobiliarias en el sector presionó, junto con sus vecinos, para que el barrio fuera declarado zona típica, lo que lograron en 2009.
A partir de ese hito, se creó la agrupación Vecinos por la defensa del Barrio Yungay, que también participa en la Fiesta del Roto Chileno, la cual ya partió con actividades culturales organizadas por los propios vecinos hasta el 21 de enero.
Osorio, así como las creadoras de Fundación Barrio Infante y Vigías del Patrimonio del Barrio Beauchef-Rondizzoni están convencidos de que “el patrimonio no se puede entender sin la participación activa de las comunidades, no se puede declarar un patrimonio inmueble solo por declarar, porque no tiene sentido. El patrimonio es algo dinámico que no está relacionado solamente con la nostalgia, sino que también con el futuro”.