Uso de agua cae 20% en los últimos 30 años por auge de departamentos y tecnología
Hoy promedia 170 litros diarios por habitante, lejos aún del ideal de 50 litros:
Según la Superintendencia de Servicios Sanitarios, en los años 80 los chilenos consumían hasta 210 litros diarios, en promedio. El cambio habitacional ha reducido el riego, una de las mayores fuentes de gasto.
En los últimos 30 años, las principales ciudades chilenas han vivido un persistente proceso de “verticalización”, con edificios que han dejado atrás a la casa con patio como principal residencia familiar. Un proceso de densificación que no solo ha permitido aglomerar población, sino que ha gatillado un aumento de la congestión y otros problemas urbanos.
Pero no todo ha sido negativo en este proceso: desde los años 80, el cambio habitacional ha generado una reducción constante del consumo de agua, en tiempos en que la escasez hídrica ya no es un patrón excepcional en gran parte del país.
Esto ocurre porque al dejar las casas y optar por departamentos, las familias han ido dejando en el pasado la práctica del riego de patios o jardines, una de las mayores fuentes de gasto hídrico (120 litros de agua por 10 minutos de uso de la manguera).
En cifras, la Superintendencia de Servicios Sanitarios afirma que en la década de los 80 el consumo promedio de un chileno llegaba a 210 litros de agua al día, cifra que ahora se ha reducido en casi 20%, a 170 litros diarios.
El superintendente Ronaldo Bruna explica que además del cambio a departamentos, influyen otros factores como la mejor tecnología de los artefactos domésticos.
De todas formas, señala que Chile está lejos del nivel óptimo (establecido en estudios) de 50 litros diarios de consumo de agua por persona.
Si bien la cifra de 170 litros diarios puede parecer excesiva, un análisis realizado por la superintendencia logra desglosarla en actividades cotidianas que gastan silenciosamente una gran cantidad de agua. Además del riego (1.000 litros), entre las que lideran están el lavado de autos (400 litros), los baños de tina (hasta 300 litros), la ducha (120 litros), la lavadora (90 litros), el lavado de platos a mano o con lavavajillas (30 litros) y vaciar los estanques del baño (22 litros). (Ver infografía)
Otras actividades más pequeñas que se suman al cálculo incluyen lavarse las manos (18 litros, en promedio), los dientes (12 litros), cocinar, beber agua o limpiar con un trapero (10 litros).
Duchas de tres minutos
En el cálculo, además, pueden considerarse los “desperdicios” de agua, como dejar una llave abierta (cinco a 10 litros por minuto), una llave que gotea (30 litros al día) o una fuga en el inodoro, que puede generar la pérdida de 200 mil litros de agua en un año.
Con todo, se estima que una familia de cuatro personas consume 248.200 litros de agua cada año.
“En un hogar promedio se estima que el consumo del baño representa cerca del 60% del gasto doméstico de agua. De ese consumo, la ducha ocupa una proporción del 70%”, señala Bruna. Por ello, la autoridad propicia que la ducha no se extienda más allá de tres minutos. Según cálculos de la superintendencia, un baño de tres minutos implica un gasto de 36 litros de agua, pero si se aumenta a cinco minutos, se llega a 60 litros.
La reducción del uso de agua puede tener un impacto importante en la economía doméstica, sobre todo en verano, cuando se produce un sobreconsumo del líquido.
Según el superintendente, si un hogar reduce un consumo de 45 metros cúbicos de agua al mes bajo los 40 m {+3} (el límite para el cobro de una tarifa de sobreconsumo), la cuenta mensual puede arrojar ahorros de hasta 22%, que implica unos $7.500 menos en las cuentas.
Sin razonamiento
Si bien este año se pronostica una reducción de las precipitaciones debido al fenómeno de La Niña, el ministro de Obras Públicas, Alberto Undurraga, descarta que la escasez obligue a aplicar racionamientos, considerando que el consumo domiciliario representa el 7% del uso de agua en las cuencas del país. La mayor parte la utilizan la agricultura y la industria.
“Hay una línea de trabajo asociada a las inversiones de infraestructura para la acumulación de agua, fundamentalmente embalses en distintos lugares del país”, afirmó. Dijo que se espera terminar la actual administración con ocho embalses licitados, una cifra superior al promedio de un embalse y medio licitado por gobierno.
Menos lluvias
Según cifras oficiales, entre 2011 y 2016 llovió un 86% de lo que cayó entre 1981 y 2010. En 2016, cayó un 60%.