Operador de la bip! propone plan para frenar evasión en buses del Transantiago
Plantea que se acorte el tiempo en que un usuario pueda hacer transbordos, así como instalar cámaras que cuenten a pasajeros. Concesión del sistema la tiene la empresa Sonda hasta 2019. Gobierno se abre a la entrada de diversos actores al mercado.
El mayor flagelo del Transantiago es la evasión del pago del pasaje: tres de cada 10 personas no cumplen con esta obligación, lo que implica una baja de los ingresos para el sector. Por ello, las empresas interesadas en participar en la licitación del sistema tecnológico han planteado en el último mes propuestas al Ministerio de Transportes para que en las bases se aborde un eventual plan para frenar la conducta de los infractores que no cancelan la tarifa.
Sonda, la firma operadora de la tarjeta bip! y que ha manifestado que quiere participar en el proceso, le ha planteado al gobierno que aplique medidas relacionadas con el mejoramiento tecnológico, lo que implicaría una inversión de US$ 60 millones. Pese a esto, en el gobierno explican que se han abierto a que otros actores puedan participar de este proceso.
José Orlandini, gerente general de Sonda, explica que es clave el financiamiento e implementación de una bip! más segura, pues dice que la tecnología actual que posee tiene 15 años de existencia. Afirma que puede ser adulterada fácilmente, por lo que se debe mejorar el sistema. En cada uno de los últimos tres años, 100 mil plásticos han sido intervenidos.
En cuanto a las zonas pagas, sostiene que deberían ser permanentes, “con una implementación similar a las de Metro”. Para ello, sostienen que debería existir un validador (equipo donde el pasajero acerca la bip!) que funcione con energía solar, por lo que podría operar las 24 horas.
En paralelo, esta firma señala que tiene que haber un mayor monitoreo de los transbordos de los pasajeros. Así, Orlandini sostiene que los usuarios deberían tener una ventana de entre 20 a 30 minutos donde se puede realizar este traspaso, lo que permitiría “mejorar la recaudación”.
Añade que hoy también se podrían implementar cámaras en los vehículos, que puedan contabilizar cuántas personas se suben, información que se cruza con las validaciones (pagos) de los pasajeros del bus. Dice que esto se podría hacer con una muestra del 15% de las máquinas. Así, asegura, se podría identificar cuáles son los servicios donde más se repite esta conducta.
El profesional agrega que otra disposición que sería bueno adoptar es que se instalen torniquetes en las puertas de los vehículos. Esto ya fue implementado en Panamá, país donde también operan.
Raimundo Cruzat, ex coordinador del Transantiago y máster en Planificación Urbana del Massachussetts Institute of Technology (MIT), afirma que más allá de lo planteado por los privados, debe haber una “fiscalización dura” en las máquinas, que incluya el cobro de multas de manera inmediata o, de lo contrario, la persona es detenida, tal como sucede en Europa.
Louis de Grange, director de la Escuela de Ingeniería de la UDP, coincide con Cruzat. Afirma que un control efectivo de la evasión “requiere de varios cambios, como recursos adicionales importantes, un cambio en las leyes y las sanciones, además de incorporar torniquetes en los buses”.
También plantea que las cámaras son “poco efectivas”, pues “en algunos juicios ni siquiera se consideran como pruebas válidas”. Aun así, el gobierno planteó que habrá mayor puntaje a las firmas que cuenten con estos equipos del ámbito tecnológico.