Santiago es la única ciudad de Chile que está perdiendo viajes en transporte público
Aunque los autos también se imponen en regiones, en estas los traslados en buses continúan aumentando:
Mientras especialistas atribuyen la fuga de usuarios al Transantiago, el ministro (s) de Transportes apunta al “incentivo que han generado las autopistas”. Cartera busca revertir la tendencia en dos años.
Transantiago. La respuesta que explica la fuga de usuarios de la locomoción colectiva de la capital parece unánime entre especialistas en transportes.
En 2006, cuando quedaba un año para la puesta en marcha del sistema, la Encuesta Origen-Destino mostraba 5,2 millones de viajes laborales diarios en transporte público. Seis años después, en 2012, los buses y el metro perdían 101.956 viajes “puros” (no consideran los combinados con los autos) y bajaban a 5,1 millones de desplazamientos diarios.
La tendencia coincide con la baja de 378.298 usuarios (incluyendo evasores) que ha experimentado el Transantiago en su primera década de operación, según lo dio a conocer hace una semana “El Mercurio”.
Si bien la acelerada motorización, que ha acompañado el crecimiento económico de Chile desde los 90, se repite en todo el país, solo la capital es la que pierde viajes en locomoción colectiva: si se contrastan las encuestas origen-destino aplicadas entre 1999 y 2002 con las realizadas entre 2009 y 2014, en el resto de las ciudades analizadas (Arica, Iquique, Antofagasta, Copiapó, La Serena-Coquimbo, Gran Valparaíso, Temuco, Valdivia y Osorno), el transporte público subió su uso en 1.418.557 viajes diarios, pese a que en el total de desplazamientos el automóvil se impuso como el principal modo de transporte, con 573 mil viajes más que los buses.
Según el especialista en transportes de la U. Diego Portales Louis de Grange, el deterioro generado por el Transantiago se complementa con la expansión territorial de la ciudad: “Hay una mayor necesidad de tener auto para llegar a zonas que los buses no cubren, como Colina o Padre Hurtado”.
Efecto de las autopistas
Para el ministro (s) de Transportes, Carlos Melo, además del efecto de un mayor poder adquisitivo, el mayor uso del auto en Santiago responde también al incentivo que significa la construcción de obras para el transporte privado, como las autopistas urbanas, que aún no se implementan en ciudades de regiones.
“En Santiago se han hecho obras importantes para el transporte particular, como la red de autopistas urbanas, que también tienen un impacto”, afirma.
Su visión no es compartida por el máster en planificación urbana del MIT Raimundo Cruzat. “No creo que alguien se compre un auto solo porque hay autopistas. En la gran mayoría, los autos buscan resolver un tema social, aspiracional o sociológico más que algo estrictamente económico”.
No obstante, plantea que las autopistas “mejoraron la movilidad de la ciudad de una manera increíble”.
Aunque recuperar usuarios desde la comodidad del auto parece complejo, Melo cree que es posible con diversas iniciativas que el Gobierno está implementando y que podrían exhibir resultados en dos años. “Estamos construyendo un sistema integrado de transporte público con metro, trenes y bus, que se pagan con un solo pasaje. Eso puede constituirse en una herramienta atractiva para atraer a los usuarios (…). Las ampliaciones como el tren expreso a Nos, las líneas de metro 3 y 6 van a ser un cambio significativo”, dice.
Según el ministro (s) de Transportes, esto se complementa con la futura licitación de Transantiago, que inyectará dos mil buses nuevos. “Habrá mejoras en la frecuencia y regularidad, además de información y tecnología. Esto generará una oferta para reencantar a los pasajeros que se han ido al transporte particular”, asegura.
Integración y metro
Pero Cruzat no cree que eso sea suficiente: “No va a haber recuperación. Falta una inversión de US$ 12 mil millones. La apuesta debe pasar por dar una alternativa al dueño del auto en ciertos viajes, y eso pasa por mejorar la integración, para hacer la menor cantidad de etapas de un viaje en un vehículo privado”.
Según De Grange, las líneas 3 y 6 el tren a Nos “pueden mitigar y frenar un poco la tendencia”, pero cree que se necesitan más líneas de metro. “Se ha demostrado que una nueva línea de metro recupera cerca de 6% de los pasajeros del transporte privado y absorbe al 80% que antes viajaba en bus. Además, genera nuevos traslados. En una ciudad con la escasez vial de Santiago, la clave es más metro”.
Motorización
En 2016, las regiones tenían 259 autos cada mil habitantes, tres más que Santiago.
2.000
nuevos buses se incorporarán al Transantiago el próximo año, en lugar de otros viejos. Con eso se espera mejorar la calidad del servicio.
US$ 800
millones es la inversión que contempla el plan de infraestructura de Transantiago entre 2016 y 2020. La estrategia incluye corredores, paraderos, intermodales y cámaras de fiscalización en pistas de buses.