Observatorio CITé, al rescate del patrimonio a través de la participación ciudadana
El Observatorio de Ciudades Integradas al Territorio, más conocido como Observatorio CITé, es una organización que en solo dos años de trabajo ha logrado vincularse con habitantes de diferentes sectores de Santiago para desarrollar diversas metodologías de participación ciudadana.
De esta manera han contribuido a que conozcan el entorno que habitan y la ciudad de la que son parte junto con rescatar y visibilizar su patrimonio en un sentido que va mucho más allá del arquitectónico, y que se consolida en cuanto a memoria colectiva.
Para conocer más de sus proyectos, pasados y actuales, entrevistamos a su Directora, la geógrafa Gricel Labbé.
Los inicios
Observatorio CITé fue conformado en febrero de 2015 por un equipo de cuatro personas que en ese entonces estaban vinculados a distintas áreas de investigación de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile.
En un principio se dedicaban a realizar estudios que no tenían resultados visibles para las comunidades, según les decían los propios participantes. Este hecho desencadenó una inquietud en el equipo que los motivó a cambiar el enfoque de trabajo para generar investigaciones que a su vez involucraran participación y acción.
Así, el equipo ahora integrado por 12 personas, entre ellos antropólogos, geógrafos, sociólogos, un abogado, un arquitecto, un periodista y un kinesiólogo, ya que consideran que para hablar de ciudad hay que involucrar a más de una disciplina, aborda diversos temas de Santiago vinculados a las áreas centrales, el derecho a la ciudad, la movilidad urbana y los procesos de gentrificación y desplazamiento, entre otros.
La primera vinculación con el territorio a nivel de equipo fue a través de un ciclo de seis conversatorios realizado en conjunto con el Instituto de la Vivienda de la Universidad de Chile (INVI) sobre metodologías participativas en relación a discapacidad, dispositivos de activación barrial, patrimonio y vivienda.
No obstante, una primera intervención fue a través de una invitación que les permitió desarrollar una metodología participativa en formato de mapeo, realizado en 2016, con los futuros habitantes de nuevas viviendas en el sector de La Platina, en La Pintana, para conocer qué es lo que quieren para este nuevo territorio.
“Las metodologías que realizamos son de co-creación, o sea, no vamos a un territorio a intervenir y nos vamos. En el fondo, esto es participativo en la medida que entiendan que es para ellos y que van a ser los principales beneficiados, vamos a intervenir y a aprender de ellos”, dice Gricel a Plataforma Urbana.
Villápolis
Producto de los conversatorios, el INVI invitó a Observatorio CITé a participar en un encuentro ciudadano sobre vivienda, territorio y hábitat patrimonial que se realizaría en la Villa Olímpica, en Ñuñoa, a mediados de diciembre de 2016.
La invitación apuntaba a desarrollar una metodología participativa con la que se pudiera rescatar la memoria patrimonial de los habitantes y de la villa que fue declarada Monumento Nacional, en la categoría de Zona Típica, en septiembre pasado. Asimismo, la idea era acercar el concepto de patrimonio a los vecinos de todas las edades.
Para esto, el equipo diseñó un dispositivo de activación barrial y aprendizaje patrimonial que dio vida a “Villápolis”, un juego con un formato similar al Monopoly que tenía tarjetas con las anécdotas, hitos, lugares y personajes emblemáticos del conjunto que fueron obtenidos a través de la junta de vecinos de la villa.
Sin embargo, durante el juego surgieron otras anécdotas, historias y personajes anónimos o de bajo perfil que no estaban en el juego, pero que sí eran reconocidos por los vecinos.
Acerca de esta experiencia, Gricel nos cuenta que “fue muy interesante. La gente valoró porque era tan particular este espacio dentro de la ciudad, porque tenía que ser protegido, porque tenía que ser declarado Zona Típica. Empezaron a comprender que era singular dentro de Santiago y que merecía esta protección especial”.
Incluso, según Gricel, no descartan elaborar un Citápolis que podrían incorporar al proyecto que actualmente están ejecutando.
Los cités de Santiago: mucho más que solo patrimonio arquitectónico
En 2015 el equipo elaboró el proyecto “Patrimonio Oculto en los cités de la comuna de Santiago” y que ganó un Fondart Regional en la Convocatoria 2016.
El interés se centró en este tipo de vivienda colectiva de principios del siglo XX destinada a la población rural que llegaba a Santiago en busca de mejores oportunidades debido a que actualmente es valorada por quienes no viven ahí casi únicamente por su arquitectura.
Sin embargo, los cités conservan numerosas historias y prácticas patrimoniales. De ahí nace la idea de recopilar los discursos y las prácticas culturales producidas por los habitantes, denominado en la investigación como Patrimonio Oculto.
En Santiago hay decenas de cités, por esto la selección contó con el apoyo del Departamento de Cités y Pasajes de la Corporación para el Desarrollo de Santiago (CORDESAN), quienes como parte de su labor han realizado un catastro de estas viviendas en toda la comuna, además de recuperar las fachadas de estas construcciones.
En conjunto y tras conversar sobre el proyecto con los vecinos, quienes debían autorizar la realización de actividades, pudieron establecer seis cités de diferentes barrios como objeto de estudio. Éstos son: Martínez de Rozas 2080, Blas Cañas 445, Esperanza 44, Gay 2560, Franklin 580 y San Francisco 328.
La primera tarea era estudiar sobre los barrios “porque no podemos llegar a un cité sin conocer la historia del barrio”, dice Gricel; luego realizar observación no participante, ir a presentarse como equipo a los habitantes de los cités y entrevistar a quienes viven ahí, independiente de la edad o su nacionalidad.
“Las respuestas siempre eran como ‘si mi vida es tranquila, no es particular’, pero solo el hecho que tu abuelo haya comprado este terreno en la década del 60 o que las viviendas tengan más de 120 años y que tú te acuerdes como eran eso ya es significativo para nosotros”, nos cuenta Gricel sobre sus primeros acercamientos.
Una vez terminadas las entrevistas que recopilan las historias pasadas y actuales, y aprovechando los meses de verano, iniciaron los Talleres de Participación Patrimonial orientado a niños, ya que consideran que “la idea es recopilar el patrimonio oculto de todos, incluso de los niños, porque sí tienen algo que decir”.
Con este grupo de pequeños habitantes desarrollaron actividades que a través de juegos, como un Twister y un Luche Patrimonial, les permite tener un primer acercamiento con qué es patrimonio mediante la visibilización de conceptos como cité, ciudad, Zona Típica, entre muchos otros.
Después, cuando ya saben lo que significa patrimonio, los niños pueden compartir historias sobre qué es el patrimonio, tanto material como inmaterial. “Por ejemplo, al cité de Martínez de Rozas le dicen ‘El Palto’, porque tiene un palto al medio y a un niño de ahí le recuerda a su abuelita porque ella lo plantó. Entonces, cuando en un momento se quiso cortar el árbol, la comunidad se opuso y el niño dijo que para él ese es su patrimonio”, recuerda Gricel en relación a las historias que escuchan en los talleres.
Otras actividades que realizan con los niños es un mapeo del cité, que les permite ubicar su casa y así desarrollar una consciencia espacial, y tomarse una fotografía con su patrimonio.
Una vez finalizado el proyecto en terreno, el equipo publicará un libro en que se rescate este patrimonio oculto que a su vez cuenta la historia de una parte de Santiago.
El proyecto “Patrimonio Oculto en los cités de la comuna de Santiago” está siendo ejecutado gracias a un proyecto FONDART Regional, Patrimonio Cultural Línea de Patrimonio Cultural Inmaterial.
Para conocer más sobre Observatorio CITé puedes visitar su página web.
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