Transportes refuerza plan para aumentar este año el retiro de vehículos Uber y Cabify
De 28.030 controles realizados por los inspectores, se logró sacar de circulación a 1.336 autos con aplicaciones:
En 2016 se iniciaron los controles a este tipo de vehículos, en zonas donde son más requeridos, como las cercanías de locales nocturnos o el aeropuerto. Gobierno creó unidad especializada.
En poco más de un año, las aplicaciones de transportes Uber y Cabify lograron revolucionar las calles del Gran Santiago. No solo suscitaron el masivo reclamo de los conductores de taxis colectivos y radiotaxis, también han abierto una alternativa de transporte para cerca de 1,8 millones de personas que usan regularmente los cerca de 60 mil vehículos que usan la aplicación, casi el doble de los 35 mil taxis que circulan en el país.
Las cifras van en aumento, pese a que las aplicaciones siguen operando al margen de la ley y el Gobierno implementa constantes planes para intentar evitar que estos sistemas sigan masificándose.
Según el balance de fiscalizaciones de 2016, obtenido por la Ley de Transparencia, el año pasado, de los 28.030 procedimientos de control implementados por fiscalizadores del Ministerio de Transportes, apenas 1.336 autos fueron sancionados y retirados de circulación. La cifra representa apenas el 4,7% del total de los controles.
Paula Flores, secretaria ejecutiva del programa nacional de fiscalización del Ministerio de Transportes, detalla las cifras: “El control de la informalidad ha ido creciendo mucho. Terminamos con 3.500 vehículos retirados de circulación. Dentro de ese control, a partir del año pasado, con la aparición de las plataformas, empezamos a registrar si el vehículo se identificaba con una. A veces, las personas esconden esa información, pero así hay unos 1.200 Uber y 90 Cabify”.
Reconoce, además, la complejidad de detectar si un auto utiliza Uber o Cabify, puesto que la única forma de hacerlo es sorprendiendo in fraganti al conductor dejando a un pasajero. “Nosotros no utilizamos la aplicación para fiscalizar, porque sería una forma de validarla”, detalla Flores. Añade que este año se reforzarán los controles con más procedimientos enfocados en los autos con estas tecnologías.
Para Raimundo Cruzat, especialista en transportes y máster en planificación urbana del MIT, “la ventaja de estos sistemas es que son difíciles de fiscalizar. Por eso se pueden aplicar medidas como un ” mystry shopper ” (“cliente misterioso”) que utilice la aplicación para sorprender a un conductor. Pero eso es complejo y caro. De alguna forma, esto es como la evasión del Transantiago: se puede ser más exitoso castigando muy fuerte al que se sorprenda, para así desincentivar la ilegalidad”.
Nueva unidad
Para incrementar la efectividad de los controles, Flores dice que se creó una unidad de informalidad dedicada específicamente a estos controles. “Se capacita a todos nuestros equipos en regiones, a medida que se han ido abriendo las aplicaciones”.
Asimismo, se realizan gestiones con los jueces de policía local para que las multas que apliquen no sean graves o menos graves. “Tienen que ser aplicadas en función de la Ley 19.040, que es un mínimo de $120 mil hasta $800 mil. Además, les informamos cuando detectamos reincidentes, porque ahí la ley es más grave con ellos”.
Louis de Grange, especialista en transportes de la U. Diego Portales, cree que la fiscalización en Chile es débil y debe corregirle. “Se controla a uno de cada 1.000. Eso es irrisorio y se ve en la evasión, la restricción vehicular o los autos mal estacionados. Y esto también pasa porque en Chile falta una cultura de respeto a las normas”.
Desde Uber Chile señalan que en el caso de los autos retirados, “apoyamos a todos los socios conductores en lo que sea necesario para que puedan continuar accediendo, al toque de un botón, a una alternativa de ingresos digna y flexible conduciendo con Uber”.
CASTIGO
$120 mil pesos es la multa mínima que se aplica a los vehículos no autorizados.