A siete años del terremoto y tsunami de 2010, Talcahuano se reconcilia con el mar

Costanera TalcahuanoPor Sebastián Henríquez.

Emergencia se aprovechó para mejorar el puerto:

La ciudad hoy cuenta con una costanera y recibe multitud de visitantes cada fin de semana, un panorama impensado antes de las obras que gatilló el sismo.

Bárbara Tapia atiende un puesto en la feria de la costanera en Talcahuano. La joven entrega los dardos para que los paseantes se los arrojen -previo pago de $500- a los premios que pueden ganar si tienen arriba de dos aciertos.

“Viene harta gente, sobre todo los fines de semana”, cuenta.

“Las cosas han cambiado”, añade Bárbara, y pasa a explicar que antes del terremoto de 2010 no estaba el puesto de dardos en la feria de la costanera, y malamente podría haber estado, porque Talcahuano, antes del 27-F, no tenía un recinto de este tipo.

El puerto del Biobío fue duramente golpeado por el terremoto, y por las sucesivas olas del tsunami que se abatieron esa madrugada. Costó meses limpiar el fango y los escombros que se esparcieron varias calles arriba. El nivel del mar subió hasta tres metros, y se llevó además a una buena cantidad de embarcaciones al centro de la ciudad. Murieron casi 30 personas.

El recuento que se hizo después de la emergencia arrojó que siete mil construcciones de la comuna quedaron en el suelo y agravó el déficit en conectividad, comercio y vivienda que la ciudad ya experimentaba antes del sismo.

Sin embargo, siete años después luce diferente.

Y es que tras el terremoto se destinaron a Talcahuano $88 mil millones en obras públicas, además de los dineros asignados a la reconstrucción de viviendas.

Hoy, la comuna cuenta con un borde costero, mirador en el mar, una moderna bentoteca (mercado de productos del mar), restaurantes y en este polo se instaló la feria -donde atiende Bárbara Tapia- y las lanchas que dan paseos por la bahía. Además de ello, el municipio aprovechó de renovar el edificio consistorial y de mejorar la plaza de armas.

¿Qué pasó? Sergio Baeriswyl, arquitecto que estuvo a cargo de la reconstrucción del borde costero tras el 27-F, y hoy coordinador del Observatorio Metropolitano del Gran Concepción, cuenta que se aprovechó la reconstrucción para desarrollar el puerto.

“El proceso de reconstrucción de Talcahuano permitió recuperar la infraestructura urbana dañada y reconstruir los barrios destruidos, pero ante todo permitió concretar muchos proyectos detonantes para la ciudad y que son un capital fundamental para un mejor desarrollo futuro”.

Este trabajo le valió, en 2014, el Premio Nacional de Arquitectura.

No fue el único aspecto. La Base Naval de la Armada, que fue arrasada para el 27-F, aprovechó de partir de cero y acometió el mayor proceso de renovación desde que se construyera, a fines del siglo XIX. Hoy luce un muelle renovado y tiene capacidad además para acoger a la sección de anfibios de la flota nacional.

El puerto comercial, que quedó inutilizado durante cuatro años, también se recuperó del golpe. Hoy es el lugar de atraque para la numerosa flota pesquera y buscó otro nicho de negocios: hoy es el único terminal del Biobío que recibe cruceros.

¿Qué viene ahora? Según Baeriswyl, la ciudad tiene pendiente conectar su plaza de armas con el borde costero, lo que significa mover el terminal pesquero más grande del país al otro lado del muelle del puerto. El proyecto, eso sí, ya fue ingresado al Servicio de Evaluación Ambiental, y se espera definir plazos este año.

A siete años del 27-F, la tragedia luce hoy como el detonante del desarrollo de la comuna.

Reconstrucción
La Región del Biobíoya terminó el procesode reconstrucción de88 mil viviendas destruidas el 2010.