¿Cómo controlar las emisiones de material particulado?
Héctor Jorquera González, profesor titular del Departamento de Ingeniería Química y Bioprocesos PUC e investigador asociado en el Centro de Desarrollo Urbano Sustentable (Cedeus). La única manera de aminorar la contaminación por material particulado en una zona dada es reducir allí las emisiones atmosféricas. Por esto es relevante conocer cuáles son las fuentes que aportan al material particulado y cómo controlar esas emisiones, para que las concentraciones de material particulado disminuyan y se cumplan las normas de calidad vigentes en el país.
En el caso del sector industrial, existen tecnologías de control maduras, apropiadas para controlar emisiones de partículas y gases precursores de material particulado, como son los filtros, lavadores de gases y precipitadores electrostáticos.
Es relevante destacar que a nivel país solo se han regulado las emisiones de material particulado de algunos sectores industriales: fundiciones de cobre y centrales termoeléctricas, entre los emisores de mayor tamaño. Todavía hay sectores industriales para los cuales no existen normas de emisión.
Afortunadamente, en Chile se dispone de suministro de combustibles menos contaminantes como el gas natural, lo que da espacio para que la industria reduzca sus emisiones de material particulado y de sus gases precursores en sus procesos de combustión.
Sin embargo, los desafíos del control de las emisiones industriales son: i) hacerse cargo del constante crecimiento de la actividad industrial, con el consiguiente aumento de la producción del consumo de energía y del encadenamiento productivo asociado (transporte de insumos y productos) y ii) abordar el control de emisiones en pequeñas empresas, donde las técnicas de control de emisiones pueden resultar muy costosas en términos de su implementación. Para poder enfrentar esos dos desafíos, se han diseñado mecanismos flexibles, como los sistemas de compensaciones de emisiones en zonas con Planes de Descontaminación Atmosférica.
En el caso de las fuentes móviles en ruta, sus emisiones se han ido regulando mediante la exigencia de estándares de emisión por tubo de escape (Euro IV, Euro V, etc.) para vehículos propulsados con gasolina o con diésel. Se prevé que en el país se van a seguir adoptando estándares de emisión cada vez más estrictos, para que los vehículos sigan reduciendo sus emisiones individuales.
La experiencia internacional muestra que es posible reducir la contaminación causada por los vehículos, particularmente en el caso del MP2.5, las partículas respirables finas. El desafío de control es anticiparse al aumento de los viajes en automóvil asociados al aumento del ingreso de las personas, mediante el fortalecimiento de la cobertura y calidad del transporte público, por ejemplo.
La maquinaria fuera de ruta es un rubro que no ha sido regulado hasta la fecha, pero con la futura promulgación del Plan de Descontaminación Atmosférica para la Región Metropolitana, se empieza a introducir una regulación de sus emisiones, las que no son pequeñas en Santiago. Aquí también hay espacio para reducir aún más emisiones de material particulado fino, no solo en Santiago sino en otras ciudades del país. Nuevamente, el desafío del control es hacerse cargo del crecimiento económico y el consiguiente aumento de la actividad industrial.
Emisiones Residenciales
Los más complejo de reducir son las emisiones de material particulado del sector residencial, desde Santiago hacia el sur. En efecto, aquí se trata de fuentes pequeñas, que operan en forma intermitente, usando leña en equipos ineficientes y en viviendas de poca aislación térmica. Este problema se ha ido acrecentando en el sur del país, debido al crecimiento urbano sostenido en los últimos años.
Las soluciones de control requieren subsidios a los sectores vulnerables, orientados a remplazar calefactores antiguos por equipos modernos y a mejorar la aislación térmica de las viviendas. El desafío del control es anticiparse a que, con el aumento del ingreso de las personas, vaya a aumentar el consumo de energía en las viviendas (por ejemplo, familias que adquieren una segunda estufa a leña).
En resumen, el control del material particulado en una ciudad es un proceso constante de mejora del desempeño ambiental de todos los actores involucrados. La única solución es la reducción de las emisiones atmosféricas. A pesar de lo desafiante que es el problema del control del material particulado, la evidencia internacional indica que es posible reducir esas emisiones y mejorar la calidad del aire en el país.