Opinión: Tarifas de agua potable en Chile y Sustentabilidad

gota

Por María Molinos*

En el contexto mundial, Chile en su conjunto es considerado un país privilegiado en materia de recursos hídricos. Sin embargo, cuando se analiza regionalmente la disponibilidad hídrica por persona se percibe una realidad muy distinta. Así, las zonas centro-norte y norte presentan extracciones de agua que no son sostenibles y una situación de sequía hidrológica estructural. Además, durante las tres últimas décadas ha habido una creciente demanda de agua, en un contexto de escasez hídrica acentuada por los efectos del cambio climático.

Para hacer frente a esta situación, en los últimos años se ha optado por una política de gestión de oferta de recursos hídricos, es decir, por implementar alternativas y tecnologías (como la desalinización), que permiten incrementar o mejorar la disponibilidad de agua. Sin embargo, esta política por sí sola es insostenible dado que, al aumentar la disponibilidad hídrica, la demanda crece y se vuelve al problema inicial de escasez. Por lo anterior, las medidas de oferta deben complementarse con políticas de gestión de la demanda. En este contexto, internalizar el valor de la escasez del agua a través de las tarifas es un instrumento eficiente, que permite reducir el sobreconsumo de agua, contribuyendo a la sustentabilidad del mismo.

En Chile, la Ley de Tarifas (D.F.L. MOP N° 70/88) y el Reglamento Ley de Tarifas (D.S. MINECON 453/89) establecen el procedimiento administrativo y técnico a seguir para la determinación de las tarifas de agua potable. Estas últimas presentan la siguiente estructura: (i) Cargo Fijo por empresa que se cobra a todos los clientes independiente del consumo; y (ii) Cargos Variables para cada etapa de cada servicio: (ii.1) Producción agua potable: $/m3 por captar y tratar el agua cruda y (ii.2) Distribución agua potable: $/m3 por transporte del agua potable hasta los hogares. Estas además tienen los siguientes componentes: (i) Tarifa variable de invierno (No Punta) y (ii) Tarifa variable verano (Punta y Sobreconsumo).

Uno de los objetivos de la tarifa es “proveer una señal de precios adecuada para el uso racional del recurso”. Dadas las diferencias regionales en la disponibilidad del agua, las tarifas debieran reflejar el valor de escasez del recurso; es decir, en la zona árida del norte las tarifas debieran ser mayores a la zona húmeda del sur. Sin embargo, recientes estudios muestran que el valor de escasez del agua no se ve reflejado en las tarifas. Por lo tanto, a nivel local, las tarifas de agua potable no cumplen el objetivo de entregar una señal de precios adecuada para el uso racional del recurso. Debido a esto, se evidencia que en la zona centro-norte se presenta el mayor consumo a nivel nacional. Contrario a lo que sería un consumo racional, en relación a la disponibilidad de agua, la dotación de agua por habitante disminuye desde la zona centro-norte al extremo sur. En este contexto, se hace necesario diseñar un modelo de tarifa de agua potable que internalice el valor de escasez de agua y que, al mismo tiempo, se considere justo y equitativo por los usuarios finales.

Actualmente, Chile cuenta con una tarifa variable que prácticamente es uniforme. Esto es una tarifa en la que el precio por metro cúbico de agua consumido es constante independientemente del volumen de agua consumido. Un enfoque alternativo es la tarifa en bloques crecientes, la cual transmite la información de la escasez de agua a los clientes, ya que el precio del agua por metro cúbico incrementa conforme aumenta el volumen consumido. Este tipo de tarifas son comúnmente utilizadas en Europa para recuperar el costo total de los servicios relacionados con el agua, incluidos los costos medioambientales y los relativos a los recursos.

Dada la creciente escasez de agua en muchas regiones chilenas, es necesario adoptar políticas de gestión de la demanda y no solo de oferta. Para mejorar la sustentabilidad del ciclo urbano del agua es necesario adoptar tarifas de agua potable que incentiven el ahorro del recurso, reflejando el valor de su escasez. En este contexto, es muy recomendable modificar la actual tarifa volumétrica uniforme por una en bloques crecientes. De esta forma, se incentivaría a los usuarios a reducir la cantidad de agua consumida en las regiones más afectadas por problemas de escasez de agua.

* María Molinos es investigadora de los clusters Planificación Integrada y Recursos Críticos del Centro de Desarrollo Urbano Sustentable (CEDEUS). Doctora en Desarrollo Local y Territorio, Universidad de Valencia y Universitat Jaume I de Castelló (España). Postdoctorado en University of Stirling (Reino Unido). Especialista en modelación de los costes del ciclo urbano del agua y en evaluación de la viabilidad económica de implementar nuevos procesos relacionados con las actividades del ciclo urbano del agua, entre otras áreas.